Indiscutiblemente, la voz es la principal herramienta de trabajo para los profesores, sin ella, su trabajo sería una misión imposible.
Durante su jornada laboral, los profesores pasan largas horas utilizando su voz, en la mayoría de los casos, en condiciones poco óptimas. La presencia de ruido dentro y fuera de la sala de clases, presencia de polvo, el trabajo con niños en edad preescolar, entre otros factores, aumenta el esfuerzo vocal que deben realizar para cumplir con sus tareas, en muchas ocasiones, sin contar con un entrenamiento adecuado o suficiente para suplir estas dificultades.
En el ejercicio de la docencia se estima que un 75,5% de los profesores presenta algún grado de disfonía, siendo mayor en mujeres que en hombres. Por lo anterior, y lo alarmante de las cifras, es necesario cuidar la voz, crear conciencia y darle un adecuado uso para evitar disfonías las cuales invalidan y pasan a ser la principal causa de licencias médicas por parte de los docentes.
Dentro de las enfermedades laborales, la disfonía se encuentra incluida en la Ley 16.744 del Seguro Social Obligatorio contra accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.
Durante las vacaciones el uso excesivo de la voz disminuye, por tanto, debemos preparar la voz para comenzar sin dificultades el segundo semestre. Los profesores pueden realizar pequeños cambios en sus actividades, las cuales los ayudará a cuidar su voz, como por ejemplo: descansar su voz, evitar gritar y hablar por periodos muy prolongados, para esto, acercarse a quien desea dirigirse o esperar a que baje el ruido antes de hablar; mantenerse hidratado, beber pequeños sorbos de agua durante el día ayuda a aclarar e hidratar su voz; evitar cambios bruscos de temperatura, antes de salir protegerse con una bufanda o pañoleta, así evitará disfonías, resfriados y dolor de oídos; evitar el consumo de cigarrillo, ya que es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de una disfonía y para el cáncer de laringe, reducir su consumo o eliminarlo completamente; evitar el exceso de condimentos y café, los alimentos muy condimentados y el café irritan la mucosa laríngea y favorecen el reflujo gastroesofágico.
Finalmente, ponga atención si existe ronquera por más de 10 días seguidos, si presenta reflujo gastroesofágico por más de 2 semanas o si siente necesidad de carraspear de forma persistente por más de 5 días.
Renee Núñez Vega , jefa de carrera Fonoaudiología
Universidad Santo Tomás Osorno