Una de las definiciones que caracteriza al populismo dice que busca explotar los sentimientos de las masas con el objetivo de ganar su favor y su simpatía con el fin de instalarse -y ojalá eternamente- en el poder. ¿Cómo lo hace? Muy sencillo: se produce bajo el conjuro mágico de la palabra "pueblo", con la cual se revuelcan y babosean, sin que se les caiga la cara de vergüenza.
Lo cierto es que la triste realidad termina por demoler todos y cada uno de los mitos que rodean al populismo: basta mirar el colapso, el caos, la desesperación y la pobreza que sufre una parte importante de la población de Venezuela con la revolución bolivariana de Chávez y Maduro. Revisemos algunos de sus "mandamientos":
1.- El populista tiene por costumbre fustigar en forma sistemática a sus oponentes ideológicos del "color" que sean, existan o no razones.
2.- Es inmune a la crítica y alérgico a la autocrítica, y para eso busca chivos expiatorios a quienes culpar.
3.- El populista alienta el odio entre las clases sociales, en que los "ricos" son los causantes de la pobreza de las clases bajas y, por lo tanto, sus riquezas deben ser "expropiadas".
4.- El populismo exalta la figura de un líder, quien se transforma en el "profeta", el "caudillo", "guerrero" y "defensor" del pueblo.
5.- El populista fabrica las verdades a gusto y explota al máximo el proverbio latino: "Vox populi, vox Dei", es decir, la "voz del pueblo, es la voz de Dios", donde quien "interpreta" la voz del pueblo y de Dios es el populista, quien eleva esa interpretación al rango de verdad oficial.
6.- El populista no sólo usa y abusa de la palabra, sino que se adueña de ella: es portavoz supremo de la verdad oficial.
7.- El populista utiliza de manera libre y discrecional los fondos públicos, sin poner ningún tipo de cuidado por los principios y reglas que rigen a la economía y las finanzas.
8.- El populista moviliza a las masas y las enardece en contra de sus supuestos "enemigos".
9.- Dado que el populista desprecia el orden legal que "amarra" sus manos y restringe su poder, se apodera del Parlamento, dictando leyes arbitrarias o llamando a elecciones fraudulentas.
10.- El populista inicia un proceso para destruir las instituciones democráticas con el fin de eliminar cualquier traba a su poder. El objetivo es uno solo: validar una nueva constitución que le entregue plenos poderes para transformar a su gobierno en uno del tipo totalitario, donde sólo uno manda, en tanto que el resto se limita a obedecer.
Franco Lotito, académico,
escritor e investigador de la UACh