Un triunfo que le devolvió la vida al centro de la ciudad

CELEBRACIÓN. El partido de Chile prácticamente paralizó a Osorno.
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Entre las 14 y las 16 horas el centro de la ciudad estaba prácticamente desierto, en las calles sobraba espacio para los vehículos, todo porque a miles de kilómetros 11 compatriotas se jugaban la vida en la Copa Confederaciones... hasta que -con una tanda de penales de por medio- lo lograron, devolviéndole la vida a la ciudad que se tiñó de rojo con banderas, camisetas y bocinazos en un improvisado festejo. ¡Viva Chile!