Alexander Hopkinson
Un grupo de tres sacerdotes han solicitado a la fecha marcharse de la Diócesis de Osorno, por notables diferencias con el obispo Juan Barros, quien llegó en 2015 a la zona. La última partida ocurrió el pasado 17 de abril, protagonizada por el sacerdote Miguel Molina, quien dejó su rol como administrador parroquial de Puerto Octay y Rupanco. Por medio de una carta, expresó su intención de ser transferido a la Región de Magallanes para integrarse a las labores de la iglesia de Punta Arenas, debido a su distancia con el líder de la Iglesia Católica en Osorno.
"He llegado a esta decisión debido a mi estado de salud físico, emocional y espiritual que se ha visto deteriorada por el exceso de trabajo y preocupación pastoral, el desgaste de las relaciones humanas y personales entre algunos miembros de la comunidad parroquial de Puerto Octay, el incendio de la iglesia de Rupanco y todo lo que significa el proyecto de reconstrucción", expresaba el párroco en su misiva.
En el escrito se habla también del "notorio ambiente de división que provoca la presencia y permanencia del obispo en la diócesis y la relación no fraterna, cercana, honesta y paterna que ha tenido conmigo, otros miembros del clero y la comunidad diocesana", puntualiza en el texto que ronda en redes sociales, y que este fin de semana publicó en su cuenta de Twitter el periodista Juan Cruz, víctima del ex sacerdote Fernando Karadima y quien ha sido crítico por la presencia de Barros en la ciudad debido a su vinculación con el ex párroco de El Bosque.
"Paz interior"
Consultado por esta situación, Molina aseguró que "siempre tomar una decisión así es difícil, pero también uno ve el contexto, lo global. Hay muchas expectativas de buen trabajo, de deseo de seguir cultivando y fortaleciendo la vocación en otro lugar con otras personas que tienen necesidades distintas(...). También desde el plano de la tranquilidad espiritual y una paz interior para poder ejercer y seguir viviendo lo que uno ha optado con fuerza", expresó.
Asimismo, el sacerdote que aún no se integra a su nueva casa eclesiástica en Punta Arenas, ya que su transferencia está en trámite administrativo, afirmó que "yo simplemente deseo que lo que estamos viviendo en Osorno, prontamente con la ayuda de Dios, pero también con el diálogo que tiene que ser de todos los actores que estamos involucrados en esto, podamos salir adelante, por el bien mayor que es la evangelización y la necesidad de las personas".
Los que partieron
De esta manera, ya son tres los religiosos con cargo sacerdotal que migran de la zona esgrimiendo desavenencias con la figura del obispo Juan Barros, quien es sindicado como encubridor de los abusos sexuales del ex sacerdote Fernando Karadima, quien fue condenado por la justicia vaticana.
Antes de la partida del padre Molina, se cuentan los traslados de Marco Henríquez, originario de Concepción que llegó por el antiguo obispo René Rebolledo y pidió inmediatamente su traslado con esa autoridad diocesana cuando arribó Barros, sin siquiera alcanzar a ejercer su sacerdocio en la provincia.
El segundo caso fue el de Oscar Escobar, que al igual que Molina fue formado en esta tierra, y que por desavenencias con el nuevo obispo pidió su traslado cuando ejercía como párroco en Riachuelo.
A juicio de Juan Carlos Cruz, hoy radicado en Estados Unidos donde ejerce como vicepresidente de comunicaciones de una multinacional con base en Filadelfia, la salida de un nuevo sacerdote es una clara demostración de los problemas de administración de Barros.
"Él no sólo es un encubridor de abusos sexuales, lo que lo hace un criminal, ya que vio el abuso contra nosotros, estando presente, sino que además no tiene idea de administrar una diócesis. Tiene cero empatía de pastor con sus fieles y menos con su clero, algo que es muy típico de su mentor Karadima. Eso no se olvida fácilmente", aseguró Cruz.
Asimismo, el periodista quien fue uno de los denunciantes del ex párroco de El Bosque, agregó que "me da muchísima pena por el clero, pero especialmente por los fieles de Osorno, que son gente maravillosa y tremendamente comprometida. Son laicos y laicas que dan ejemplo en el mundo del compromiso y amor a su iglesia y es una pena que tengan un pastor que les pone el pie encima de esa forma y destroza una diócesis que es tan maravillosa".
Voceros laicos
Como contrapartida, uno de los miembros de la Comunidad de Laicos de Osorno -que apoyan la gestión del actual obispo-, José Manuel Rozas, estima que "yo me he opuesto a todo este show que han generado algunos curas (...) me parece una situación bastante nefasta, porque yo por un obispo no abandono el pueblo de Dios. Las convicciones vocacionales están sobre eso".
En la otra vereda, Mario Vargas, vocero de la organización de Laicos (as) de la comuna, junto con lamentar la salida del sacerdote Molina y anunciar que ejercerán una mayor presión para pedir la salida del actual mandamás de la diócesis local, dijo que existe "una presión muy fuerte al interior del clero diocesano y eso se hace notar en las diferentes reuniones que tienen ellos como clero, donde hay discusiones, gritos e incluso en ocasiones algunos golpes. Entonces, esto que es invisible a los ojos de la comunidad osornina, invisible a los ojos de la jerarquía de la Iglesia chilena es insostenible. No se puede vivir en armonía dentro de esa diócesis con la presencia de un obispo que fue impuesto en forma inconsulta".
Finalmente, el sacerdote Molina espera que la llegada del Papa entre el 15 y 18 de enero de 2018, sirva para unir y generar cambios positivos en la iglesia. "Yo quiero verlo, trabajaré para que veamos la venida del Papa como un tiempo de esperanza, de poder recomenzar quizás muchas cosas y ojalá de cambiar otras", cerró.
Cabe destacar que este medio trató de conocer la versión del obispo Juan Barros, pero no fue posible ya que no se encontraba disponible.
"En reuniones del clero hay discusiones, gritos e incluso en algunos casos golpes"
Mario Vargas, Movimiento de Laicos"
"Yo por un obispo no abandono el pueblo de Dios. Las convicciones vocacionales están sobre eso".
José Manuel Rozas, Comunidad de Fieles Laicos de Osorno"