En una sociedad como la nuestra la inclusión de personas con discapacidad o necesidades educativas especiales es una tarea pendiente. Hoy sólo el 29% de las personas con algún tipo de discapacidad cuentan con un empleo formal (Endisc 2004). Esta cifra pareciese no variar en el tiempo, lo que está dado por factores biopsicosociales asociados al mundo laboral y al educacional.
Este último sigue una línea que apuesta por la escolarización de la persona, asegurando su egreso de cuarto medio, pero no considera el desarrollo de las competencias necesarias para incorporarse al mundo laboral.
Por ende, una vez que salen de los establecimientos que los han apoyado a través de los programas PIE, ingresan a un mundo en el cual no existen tratos prioritarios, ni programas que los contenga, ni menos empresas que contemplen apoyo directo en el proceso de inclusión.
A comienzos de este año se aprobó la ley de inclusión laboral para personas con discapacidad. Esta legislación establece que el 1% de los empleados de las instituciones públicas y privadas con más de 100 colaboradores debe tener discapacidad certificada, lo que se convierte en un gran desafío para los liceos y colegios que cuentan con programa PIE y un desafío nuestro como ONG. Por una parte, generar una metodología que asegure un proceso formativo que potencie las competencias de nuestros alumnos con NEE y/o discapacidad para incorporarlos en las prácticas laborales, asegurándoles a las empresas ciertas competencias a desarrollar en sus puestos de trabajo; así el estudiante puede validarse por aquello que puede y le gusta realizar y no por aquello que le dificulta.
Y por otra parte, los establecimientos y en especial el equipo PIE deben ser guía de dicha práctica en las empresas y enseñar cómo orientar y reforzar de manera adecuada.
Sabemos de muchas empresas que tienen la disposición de abrir sus puertas, pero tienen temor y necesitan un apoyo especializado en el tema. Pues bien, que nosotros (ONG Canales) y los equipos PIE seamos esa brújula. Que se logre adaptar un modelo de inclusión laboral efectiva a su realidad educacional y con dicho profesionalismo y con el modelo de competencias como eje rector, se puedan abrir oportunidades a estos estudiantes y de paso, educar a nuestra sociedad y al mundo laboral.
Andrea Díaz, coordinadora
de proyectos de ONG Canales