Gabriel Salazar y Mauricio Rojas
Osorninos míos, hace muy poco en nuestra ciudad hemos recibido dos grandes visitas. Por un lado, una persona que se cataloga de izquierda, pero no marxista, y por otro lado, un ex miembro del MIR que hizo un tránsito, según él, de conversión hacia el liberalismo, más aún, tiene un libro que se llama "Diálogo de conversos", donde describe esta transformación casi religiosa que lo hizo dejar los caminos de Belzebú Marx para adentrarse hacia el reino santificado de los liberales.
Me refiero al historiador Gabriel Salazar y al político y escritor Mauricio Rojas. Participé de ambas charlas; por un lado me encontré con un gran gentío donde el 70 por ciento del auditorio eran jóvenes.
Se respiraba aquel idealismo juvenil de hoy. Ese que es contestatario, progresista, que se deslumbra de toda novedad, que eleva banderas de sensibilidad social, de redistribución de la riqueza, de reivindicación de los pueblos originarios, de enfoques de género, de poder popular, de lucha contra el capitalismo salvaje, contra la invasión imperialista, contra el hetero-capitalismo y el neoliberalismo; ese ímpetu que se demuestra ocupando una chaquetita como la del "Che" que papito compró, y que ya, con el sólo hecho de llamarse entre ellos "compañeros", pertenecen a aquellos que trataron de llevar a cabo una revolución popular entregándose a la causa, no por medio de plataformas que ofrece Internet, como Facebook y Twitter, sino con armas de verdad.
En el segundo expositor me encontré con la que le denominé una "derecha inculta", no más de 40 personas que pensaban que si el tema central era hablar en contra de Lenin y el totalitarismo, se iba a tratar casi de una reunión donde se iban alzar nuevamente las banderas de la UDI popular. No estimados, ser liberal no significa ser de derecha; el liberal común está a favor del aborto, de la legalización de la marihuana, del matrimonio homosexual, de la eutanasia, etc., aboga por la exacerbada libertad e individualidad de la persona, aborrece todo lo que huele a colectivista.
¿Eso es lo que ustedes también pregonan, amigos de derecha? Si aceptan mi humilde opinión, creo que no, aunque está de moda renunciar a los principios y valores, ¿o no Carolina Goic?
José Manuel Rozas Navarro
Respaldo a columnista
Estimada Vivian Arend, regularmente leo sus notas y debo decir que estoy completamente de acuerdo con sus planteamientos y análisis de la coyuntura social que se vive en estos tiempos. Gracias por ser una voz de los que estamos totalmente de acuerdo con sus análisis y planteamientos; por favor, sigamos abriendo los ojos a lo que en realidad es evidente.
No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Fernando Ferrada O.
Cambio climático y desastres I
El cambio climático ha sido una variable a discutir últimamente. Se ha dicho que puede provocar cambios a nivel climatológico causando, por ejemplo, un alza en la temperatura, lo que podría favorecer la propagación de un incendio. "Parece que el cambio climático es una realidad", ha dicho el ministro Fernández refiriéndose a los incendios forestales del verano.
Se sabía que el cambio climático estaba causando cambios a nivel global cuando el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático emitió en 1990 un informe sobre las consecuencias. En Chile, claramente no había medidas de prevención ante estos cambios, por eso sucedió la quema de miles de hectáreas.
Esto pudo haber sido anticipado y prevenido con un plan. No fue sino hasta después del incidente forestal que se tomaron nuevas medidas, las que provocaron un reajuste de presupuesto para efectos catastróficos, junto al implemento de tecnología especializada, rápida y efectiva.
La culpa de este evento la tiene el Gobierno por no estimar ni prevenir un riesgo que se veía venir. El efecto del incendio pudo haber sido mínimo mediante un plan de precaución eficaz. La reacción fue tardía, además.
El cambio climático es un hecho desde hace muchos años atrás. Echarle la culpa a éste sobre distintos incidentes sólo busca desviar la opinión pública.
Francisco Menzel Weisser
Cambio climático y desastres II
Se ha vuelto casi una rutina anunciar temporales y precipitaciones y los consiguientes desastres posteriores: inundaciones, damnificados, muertes. Antes no se anunciaban los temporales, y tampoco parecía haber tantos desastres.
¿Será el cambio climático o exageración de los noticieros?
Eduardo Romero G.
Inversiones del PS
Ahora sólo falta que el PS informe a la ciudadanía cuándo va a hacer su fideicomiso ciego.
Mauricio Pilleux Dresdner