A seis meses de la elección presidencial y parlamentaria que renovará a los poderes Ejecutivo y Legislativo, y a sólo tres del plazo de inscripción de las candidaturas, el nuevo distrito electoral que agrupará a las comunas de la provincia de Osorno y a cinco de la provincia de Llanquihue suma hasta ahora la no despreciable cifra de 20 precandidatos a la Cámara de Diputados, representando a la Nueva Mayoría, la DC, Chile Vamos y un independiente, faltando todavía por conocer las cartas de los otros bloques que eventualmente entrarán a la competencia. El nuevo territorio electoral, creado mediante la Ley 20.840 del año 2015, y que sustituyó el sistema binominal por uno proporcional e inclusivo, es el resultado de la fusión de los antiguos distritos 55 y 56. Las comunas ya indicadas corresponderán ahora al Distrito 25, con una representación de cuatro diputados.
Ciertamente los 20 nombres que asoman ahora como intervinientes en la carrera electoral tienen que superar aún los mecanismos internos que se den los partidos políticos para la nominación. Falta que las tiendas determinen si elegirán a sus postulantes mediante primarias o habrá designación directa, además de otros que probablemente necesitarán reunir firmas si es que quieren postular en calidad de independientes.
Mientras se resuelve el método de nominación como también el plazo para la inscripción, cada uno de los precandidatos debe tener muy en cuenta que si aspiran a representar a esta parte del sur del país en el Congreso, les corresponde desde ya conocer en detalle la realidad de las 12 comunas del nuevo Distrito 25 para que sus planteamientos giren en torno a las necesidades específicas de este territorio y no en torno a generalizaciones nacionales. En este sentido, se hace absolutamente necesario que los candidatos comprendan que si bien su cargo es nacional, su rol también es representar a sus electores en el Poder Legislativo; y que más que demagogia, el distrito esperará, además de una eficiente labor legislativa, un trabajo activo en la identificación de los problemas locales y una capacidad cierta para exigir soluciones al nivel central.