Imágenes de Otoño
El episodio más atractivo, para mí, del relato evangélico que tiene a Jesús como protagonista, es el de los reyes magos que asisten a su nacimiento en un pesebre. Esa misteriosa caravana que sigue una señal estelar en el desierto, como imagen era un estimulo ensoñador que venía del mundo de la aventura. La navidad, en consecuencia, es la parte más hermosa y esperanzadora de esa crónica. Esto, a pesar de que el mundo católico privilegia la crucifixión y la muerte. Y su resurrección es secundaria en relación al relato y su escenificación histórica. Se podría decir que el relato de Jesús se mueve en esas dos tensiones, entre la esperanza y la muerte. Hay en cambio un romance gitano que alguna vez le escuché a Serrat que opta por otro aspecto del relato: "oh, no eres tú mi cantar/ no quiero cantar ni puedo/ a ese Jesús del madero/ sino al que anduvo en la mar". En donde claramente se privilegia al personaje que hace milagros, ese que puede caminar sobre las aguas o que transforma el agua en vino, lo que para la cultura gitana resulta más atractivo.
Los evangelios, sin duda, son lo más novelesco o moderno del relato bíblico, no podía ser de otro modo en un contexto romano. Otro detalle que no es menor, narrativamente, es que la familia de Jesús se debe desplazar a Belén por el tema de un censo que al parecer haría la autoridad romana, eso creo. Por eso la emergencia los hizo ocupar un lugar de guarda de animales, que siempre ha sido una alternativa de los viajeros para pernoctar.
Yo, en tiempos en que era agricultor encerraba a mis animales en un galpón y guardaba los fardos de pasto seco, también ahí lechaba a las vacas y atendía sus pariciones, y a eso en el sur le llamábamos pesebrera o establo. Aunque la palabra pesebre fue desde niño ese juego del mes de diciembre en que desempolvábamos unas figuritas de yeso que poníamos en una simple estructura de madera, con pajita de papel y que rodeábamos de luces; bajo la atenta mirada de mi madre. Y esperábamos la noche buena en familia. El contraste entre la navidad y la semana santa siempre me perturbó.
En mi cabeza se me juntó navidad, semana santa y el censo en una relación de consecutividad episódica, y también con la emergencia del otoño que, paradojalmente, es la estación, para mí, más interesante y productiva, porque es el periodo de las cosechas, en que la tierra da lo suyo, y se guardan las semillas para el rudo invierno. Lamentablemente las festividades religiosas, que tienden a perder su sentido original por la voluntad de juerga, interrumpen esa continuidad. El mundo urbano, siento, ha complotado contra el otoño, porque no ha sabido reciclar, entre otras cosas, sus hojas secas.
Extrañamente, el censo del 19 de abril fue vivido como un acto republicano, con mucho orgullo cívico por parte de la mayoría de la población. Parecía un feriado religioso, de esos que había antes, por el silencio mañanero que reinaba. No sólo se trató de una tarea político administrativa fue todo un acto cultural de reconocimiento de lo que somos y de la relación que tenemos con el hábitat. Necesitamos saber cuántos somos y cómo vivimos, y esa es una preocupación antigua. Pero parece ocurrir que como hemos cambiado mucho, y eso lo sentimos muy vívidamente, había una necesidad de expresar esa diferencia, que al parecer tiene un sentido progresivo.
Eché de menos la pregunta por la religión que uno profesa, será porque no soy creyente, aunque desde el punto de vista cultural pertenezco a esta cultura cristiana en la que hemos nacido y crecido. Y en que hemos celebrado tanto las navidades como las semanas santas, y hemos asistido a matrimonios religiosos y a bautizos, etc.
Y así con estas imágenes de este otoño que amo. Aunque habrá otros que lo aman mucho más que yo, porque cosecharán las iniquidades que plantaron en primavera, y que cuidaron con tanto esmero, para ser consumidas todo el resto del año. Y por cierto, no podemos olvidar las vendimias, actividad clave simbólicamente hablando, para la continuidad de los ciclos vitales.
Marcelo Mellado
"Extrañamente, el censo del 19 de abril fue vivido como un acto republicano, con mucho orgullo cívico por parte de la mayoría de la población"."
* Escritor y profesor de Castellano.
Es autor de "La batalla de Placilla".