40 horas semanales
La propuesta de la diputada Camila Vallejo (PC) no puede ser más populista: en un país como el nuestro, que necesita surgir con más trabajo y mejor rendimiento, ella propone rebajar las horas oficiales remuneradas en cinco horas a la semana. Desde el 1 de enero de 2005, en Chile se rebajó el horario semanal oficial de 48 horas a 45 hasta ahora (sábados libres), sin variación en remuneraciones.
Después de 12 años y como subdesarrollados, esta joven diputada propone rebajar el vigente horario en cinco horas, dejándolo en 40 horas semanales. O sea, según esta programación, en 12 años más podríamos llegar a las 35 horas semanales y así sucesivamente, hasta quedarnos en casa tranquilamente, saliendo sólo a cobrar nuestros sueldos.
Genial panorama: Lástima que varios no lo aprovecharíamos.
David Benavente
Pensiones miserables
Considerando las largas e interminables discusiones a todo nivel, concerniente al mejoramiento de las pensiones de los afiliados a las AFP, estoy seguro que las miserables pensiones quedarán iguales, y es posible peor que las que están percibiendo actualmente los jubilados. Dentro de esa camarilla está lo mejor de los expertos en el enjambre de la corrupción y el engaño; ahí están los que se han enriquecido a expensas de los miserables emolumentos de los obreros.
¿Qué porcentaje se le devuelve al obrero al momento de su jubilación, considerando el descuento que se le ha formulado a lo largo de su vida laboral? Nada o casi nada. En estos términos va a terminar este engorroso proceso del bullado mejoramiento de las pensiones, todo engaño, todo mentira, todo tapado con el bono, ese monstruo que financiamos entre todos los chilenos y chilenas.
Es por eso que cuando observamos hechos tan dolorosos como el ocurrido en Francia y el último en el metro en San Petersburgo, reflexionamos y caímos en la cuenta que lo pasado y lo que viene, es resultado de esta larga carrera de robos a todos los niveles, es el grito de las víctimas indefensas.
Guido Bello Martínez
Millonarios y exposición
En Estados Unidos es común que los multimillonarios, esos que celebran figurar en la lista de los más millonarios del mundo, cuando llegan a cierta edad se convierten en acérrimos filántropos, hacen importantes donaciones, financian investigaciones científicas, a universidades, entregan becas a estudiantes, crean y financian fundaciones que se dedican a causas nobles, etc., tal vez con el espíritu de retribuir o devolver a la sociedad lo que ella les ha permitido alcanzar económicamente, o también, porque se dan cuenta que, una vez muertos, no pueden llevarse su fortuna a la tumba y, al final, la naturaleza hace su obra y los hace igual que cualquier otra persona, hijo de vecino, sin diferenciar su origen económico ni posición social.
Pareciera que ese espíritu noble, sincero, es distinto al que, aparentemente, contagió a un empresario súper poderoso que ahora, en su new look, publicita que es humano, que anda en Metro, que puede twittear como cualquier otra persona, que invita a tomar café, tal vez para cambiar la imagen formada de cómo generó su fortuna, de cómo recibe y usa información privilegiada para su beneficio, sin importar el cómo sino el fin. En realidad, preferiría saber de sus acciones filantrópicas verdaderas, esas que se hacen anónimamente ennobleciendo el alma y el corazón por el sólo hecho de hacer el bien sin motivo o intención asociada, esas que, por cierto, no necesitan publicitarse ni mostrarse por Twitter y menos que sean comentadas por opinólogos faranduleros, a no ser que mañana se postule a candidato presidencial, para seguir la moda.
Arnold Schirmer
Desprestigio de la política
Los políticos viven en una burbuja: autos oficiales, viajes gratis en avión en primera clase, salas de autoridades en los aeropuertos, viajes de turismo al extranjero, comidas y cafecitos gratis en el Congreso. Es este descaro en el ejercicio del poder y el goce de privilegios que ha hecho, entre otras razones, que los políticos tengan hoy tan mala fama.
Los políticos alegan contra la corrupción, pero la minimizan al momento de perseguirla. Dicen que los corruptos tienen que caer, y al final no cae nadie.
Ahora que vienen las elecciones y aparecerán en la tele como filántropos con caras de ángeles, escucharemos a millonarios hablar de los pobres. A lo menos se preocupan de ellos por algunos meses cada cuatro años. Algo es algo.
Mauricio Pilleux Dresdner
Vías reversibles
¿Alcanzará a estar lista la nueva señalética de las vías reversibles? El plazo se acerca inexorablemente.
Esteban Meza