"Tratados, acuerdos y organizaciones para ayudar a resolver los conflictos pueden ser necesarias, pero a menudo favorece los intereses de las empresa sobre los ciudadanos". Esta cita del académico canadiense David Suzuki devela una de las necesidades más importantes de los gremios en nuestro sector lechero: la independencia gremial.

El concepto de independencia gremial se refiere a no generar alianzas con entidades que puedan producir "conflictos de interés", siendo un requisito altamente necesario para cumplir el rol defensor de los productores frente a posibles abusos del mercado y la Industria. Así, podemos decir que las opiniones sobre el panorama lechero son diversas y discutibles, pero los datos concretos no mienten: hoy sí existe un importante aumento de las importaciones de lácteos, que en el caso de los quesos llega a un 70%, y sí existe una concentración de los actores en el sector industrial, fenómeno reconocido por autoridades y parlamentarios, a lo cual se suma la incorporación de una nueva transnacional, la que adquirió tres empresas procesadoras nacionales.

Como consecuencia, con las mismas exigencias que son medidos los productores en Nueva Zelandia, el productor lechero nacional alcanza solamente $160, generando una brecha de $60 menos para los lecheros chilenos. Y es que el resto del precio se paga contra requisitos que en ninguna otra parte del mundo se le exigen al productor, tales como los certificados Papco y sanitarios; y los bonos por volumen, contrato, niveles de urea en la leche y bonos ambientales.

Todo lo que como asociación gremial hemos aquí planteado nos complicaría mucho decirlo si fuéramos parte en estos momentos del Consorcio Lechero, institución que nació con las buenas intenciones de unir a la cadena láctea, pero con el tiempo dejó de representar los legítimos intereses de los productores.

Aproleche en este sentido no se confunde, siendo nuestra obligación gremial desde siempre el mantenernos independientes para defender los intereses de nuestros productores, los cuales siempre estarán por delante de cualquier alianza y/o convenio actual o futuro.

De esta manera, el apoyo a los grupos comerciales, las misiones a China y los esfuerzos para encontrar mercados que reconozcan nuestra especial condición de producción, hoy son el norte de la asociación, y nos encontramos trabajando tanto a nivel técnico como político para que el mercado lechero sea cada vez más horizontal, transparente, justo y competitivo.

Dieter Konow, presidente

de Aproleche Osorno

Mañana comenzará en la zona saturada de la ciudad (que abarca a todo el radio urbano) el segundo año desde la entrada en vigencia del período de Gestión de Episodios Críticos, enmarcado en el Plan de Descontaminación Atmosférica de Osorno (PDAO) que en un plazo de 10 años pretende reducir en un 84 por ciento la emisión de las partículas tóxicas que emanan de una incorrecta combustión de la leña. En virtud de esto, desde el sábado, dependiendo de las condiciones atmosféricas y de ventilación, la autoridad estará en condiciones de decretar preemergencia o emergencia ambiental, lo que implicará consecuencias en el sistema de calefacción en el hogar, en las actividades productivas de las industrias localizadas en la ciudad, y en la práctica deportiva.

El marco regulatorio que impone el PDA en Osorno y en el resto de las ciudades del sur en que está operando un instrumento similar (Temuco es el caso paradigmático) conlleva una serie de restricciones en cada una de las áreas anteriormente citadas, pues está comprobado que la urgencia ambiental que se vive desde hace años exige no sólo la buena voluntad de las familias eventualmente afectadas, sino que también la amenaza de sanciones para quienes no cumplan con las prohibiciones, en particular aquella que impide usar la leña cuando hay episodios críticos. Aunque para este otoño e invierno se prevén mejores condiciones atmosféricas (más precipitaciones y mayor ventilación), lo que eventualmente podría redundar en menos preemergencias y emergencias, ni la comunidad ni la autoridad deben minimizar la importancia, respectivamente, de cumplir con las restricciones y de sancionar a quienes enciendan sus estufas cuando no está permitido.

En este sentido, es positivo el anuncio realizado esta semana en cuanto a que este año habrá un incremento en los equipos de fiscalización gracias a la incorporación de funcionarios de la Seremi de Medio Ambiente. Es relevante hacer frente a la sensación que existe respecto de la escasa fiscalización en los días de preemergencia y emergencia, para dar la señal de que encender las estufas en esas jornadas no es gratuito.