"Todas las mujeres pueden aprender (la danza) y también a valorarse más a través del baile"
Quiso demostrar que el baile une generaciones y que no es necesario tener un gran estado físico para interpretarlo bien y con pasión. Por eso la bailarina de danza árabe osornina, Sylvia Langenbach, instructora del estilo, desarrolló hace una semana una gala en dependencias de la Casa del Folclor, donde nueve de sus alumnas presentaron lo aprendido ante un marco de público que demostró que existe mucho interés en seguir este estilo de medio oriente.
La muestra fue el resultado del disciplinado trabajo que jovencitas y mujeres adultas de Osorno se atrevieron a vivir en el Taller de Danza Árabe de la profesora Silvia Langenbach, quien imparte clases del estilo en el Centro Cultural Sofía Hott.
La bailarina sostuvo que en el evento palpó el interés que existe en las osorninas por aprender los movimientos de la danza árabe, fundamentada en un estilo que ella imparte llamado Belly Dance.
En la ocasión ella también salió a escena para mostrar los particulares movimientos que atraen miradas. Vestida de rojo, la impulsora del evento cautivó a los presentes con belleza y sutiles movimientos, que luego sus alumnas salieron a interpretar.
Presentación
El show fue variado, debido a que además la entrega incluyó a bailarines invitados en la disciplina del tango, cueca y break dance.
Consultada por cómo evalúa el talento que existe en las nuevas generaciones, la bailarina de 27 años sostuvo que hay mucho por hacer y que cada vez la gente se atreve a sumar actividades, como la danza, para vivir nuevas e intensas experiencias.
-¿Es su primera gala desde que partió enseñando danza árabe?
-Sí y para mí fue espectacular. Fue muy emocionante, sobre todo al ver la buena respuesta del público que llegó al lugar demostrando su interés por ver el espectáculo.
-¿Para bailar danza árabe hay algún requisito físico?
-No, simplemente tener las ganas. A veces las mujeres le toman rechazo a la danza porque piensan que sólo las delgadas pueden practicarla y no es así, todas las mujeres pueden aprender y también a valorarse más a través del baile, debido a que empiezan descubrir su sensualidad.
-¿Cómo define la danza árabe?
-Es una danza milenaria. Tiene su origen en Egipto, donde se bailaba en los templos, como parte del culto a la fertilidad humana y de la tierra. Pasado el tiempo, las mujeres egipcias deambulaban en especies de teatros ambulantes, eran como hoy las gitanas y diseminaban esta danza por las calles.
-La danza árabe que enseña se llama Belly Dance. ¿En qué se diferencia con la danza más tradicional?
-Es más estilizada, es una mezcla de la danza árabe con ballet. Las otras son danzas egipcias: está la tradicional y una llamada urbana fusión o tribal; en cambio Belly Dance apunta a ser un baile más elegante, tal como lo implica el ballet.
-¿Le gustaría que se masificara?
-Sí, por supuesto. A las personas que les enseño les encanta y tras cada clase se van felices de ver que pueden redescubrir su cuerpo y por eso pretendo más adelante, una vez titulada, salir a dar seminarios en el país y el extranjero. Otro sueño que tengo sería poder presentar un espectáculo de Belly Dance en el Festival de la Leche y la Carne de Osorno, para que llegue a muchas más personas.
-¿Cómo nace el gusto por la danza y en especial la árabe?
-Estoy en la danza hace nueve años y me decidí a estudiar pedagogía en danzas árabes en Santiago. Este es mi último año y me titulo de bailarina profesional. No sabría explicar por qué me gusta ese estilo, simplemente es algo por lo que sentí mayor predilección y me encanta interpretarla.
-Cuando salió del colegio, ya sabía que lo suyo era la danza...
-Sí y aparte yo practicaba las artes marciales, de hecho soy cinturón negro Segundo Dan y fui campeona a nivel sudamericano.
-¿Cómo compatibiliza algo tan sensual y de movimientos delicados con la defensa personal?
-Lo pude compatibilizar aunque me costó, por lo mismo dejé ahora de lado las artes marciales para dedicarme totalmente a lo mío que es la danza, aunque eso me ayudó a mantenerme estilizada.
-¿De qué edad llegan las alumnas a su taller?
-Pequeñas desde los cuatro años en adelante. He enseñado a señoras que pasan los 60 años, por eso digo que todo el mundo la puede practicar.
"Es una danza milenaria. Tiene su origen en Egipto, donde se bailaba en los templos, como parte del culto a la fertilidad humana y de la tierra". "Otro sueño que tengo sería poder presentar un espectáculo de Belly Dance en el Festival de la Leche y la Carne de Osorno""
años tiene la bailarina Sylvia Langenbach, quien imparte clases de danza árabe estilo Belly Dance. 27
alumnas demostraron en una gala que las osorninas tienen interés por practicar nuevos estilos. 9