Adicción al teléfono
Parece que hoy en día es difícil sostener una conversación de corrido tomándose un café sin que nuestro interlocutor nos deje con la palabra en la boca porque suena su celular, el que obviamente tiene prioridad. Nadie niega las virtudes de la comunicación inalámbrica por la velocidad, el don de la ubicuidad que produce y la integración que ha propiciado para muchos sectores antes al margen de la telefonía. Sin embargo, se ha producido la paradoja de que mientras más nos comunicamos a distancia, menos nos hablamos cuando estamos cerca.
Es la tiranía de lo instantáneo, la sobredosis de información y la conexión con un mundo virtual que terminará acabando con el placer de conversar relajadamente con el otro frente a frente, al menos sin interrupciones cada cierto número de segundos. El celular se ha convertido en una verdadera droga por la adicción que produce.
Mauricio Pilleux Dresdner
Aborto y dignidad
Una entrevista publicada por un medio osornino a Henry Boys, director de Soñando Chile, recoge una profunda perspectiva espiritual hasta la convicción de valores para defender las libertades de quienes están por nacer, pero por la frágil naturaleza en desarrollo deben tener una protección especial e importancia fundamental.
Sebastián Espíndola Yáñez
Humor en Viña del Mar
Comparto con ustedes, más allá de las apreciaciones políticas, mi desagrado por la rutina del humorista de Viña que se burló de quien hacen su servicio militar o ingresa a escuelas matrices. Esos soldados que este humorista busco ridiculizar son los mismos que salieron a las calles un 27 de febrero con un terremoto y tsunami que asoló a Chile, son los mismos que mal equipados partieron a la frontera en 1978 dispuestos a dar sus vidas por su patria. Son los mismos que han estado combatiendo el fuego, reconstruyendo, tendiendo agua y sirviendo en terrenos que fueron arrasados por los incendios.
No es justo buscar denigrar a un joven de 18 años que se emociona cuando escucha los sones marciales de su canción nacional, no es justo ridiculizar a un joven, o ya un adulto que deja su familia para acudir al llamado que la patria requiere, no es justo para sus hijos y esposa que no duermen pensando en su papá. No me parece justo que se agarre para la chacota a quienes les asignan tiempo extra de trabajo y no le pagan ni una sola hora extraordinaria en beneficio de su propia familia, y que finalmente ven recompensa en su jubilación y sistema de salud.
Claudio Román
Educación e inmigrantes
Al iniciar este nuevo año escolar recuerdo las palabras del Papa Francisco con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado, donde instó a las naciones a generar condiciones que aseguren el bienestar de los niños que han debido abandonar su país de origen. Las palabras del Papa se vuelven significativas no sólo desde mi rol como educadora, sino además por el llamado a recordar que en el migrante se encuentra Cristo que siendo niño huyó.
A días de comenzar marzo comparto mi experiencia como educadora, donde he tenido el privilegio de trabajar en diversos contextos. Recuerdo con cariño el trabajo que realicé en algunas escuelas vulnerables, donde en cada comienzo de año fui testigo de numerosas miradas de niños que reflejaban alegría, ansiedad, nerviosismo y en otras ocasiones desgano. Sin embargo, las miradas que más llamaban mi atención eran las de aquellas madres de niños extranjeros que con incertidumbre se acercaban por primera vez a una escuela en Chile. En sus ojos se observaban sueños y desafíos, temores y alegrías. Y es que muchos llegan a nuestro país buscando oportunidades para un futuro mejor.
En marzo tenemos la oportunidad de tener un gran comienzo como sociedad. Desde nuestros roles de educadores, padres y estudiantes podemos hacer que tanto los niños como las familias inmigrantes se sientan acogidas por nuestras comunidades escolares. El Papa Francisco nos llama a preocuparnos por los más vulnerables y dentro de ellos pone un especial acento en la infancia migrante que está cada vez más expuesta. "Tienen el derecho-deber de recibir una educación adecuada, sobre todo en la familia y también en la escuela, donde los niños puedan crecer como personas y protagonistas de su propio futuro y del respectivo país".
Jacqueline Gutiérrez, educadora