Yasna Barría
Llegó a Chile hace tres años y medio, pero reside en Osorno hace dos. Se vino para estar con su pareja y acá empezó a compartir sus conocimiento en un particular y laborioso arte, el patchwork.
Se trata de la artesana Ruth Nahima, una colombiana que hace tres meses se integró para impartir talleres junto a los emprendedores locales de la Casona Laurel, lugar que en calle Cochrane 971 promueve el trabajo de manualidades y creaciones artísticas, además de brindar talleres de yoga y recreación.
Origen creativo
"En Colombia mi mamá tiene una escuela dedicada a impartir el patchwork, que es el arte de trabajar los retazos", cuenta Ruth Nahima. Precisamente ese conocimiento heredado ahora lo quiere transmitir y potenciar en la ciudad.
La característica del trabajo que enseña Ruth es que desarrolla dicho arte uniendo las telas con sus manos. Es decir, se da el trabajo de coser los retazos reciclados para crear hermosas figuras y diseños únicos que luego se transforman en cobertores, fundas, juegos de baño, cortinas, cenefas, cojines, protectores de cuna, entre varios artículos para el hogar.
Comenta que actualmente las personas que se dedican a esta técnica unen la tela con máquinas de coser, pero ella prefiere darse el tiempo zurciendo con las manos.
"Las cosas han cambiado. En el origen, la mística del patchwork era que se reciclaba ropa, sábanas, camisas etc., para extraer los trozos de tela y luego se cosía a mano para crear un elemento nuevo. Eso se ha perdido y muchos compran telas importadas para lograr los acabados, por lo que yo prefiero conservar el sistema tradicional", comenta.
Agrega que al unir las telas cosiendo a mano, puedes hacerlo mientras la artesana ve la novela o comparte con un hijo, lo que permite que la persona pueda desplazarse y llevar consigo su arte para trabajarlo.
Manos a la obra
Para lograr un diseño en técnica patchwork, la persona debe elegir y reciclar sus telas, eligiendo por supuesto los colores que quiere utilizar, y con los retazos seleccionados comienza la unión de la tela que se cose a mano generando una pequeña basta o pespunte.
Eso sí, se debe utilizar el hilo con el cual se cose cuero (delgado), porque según específica Ruth, "como es mucho trabajo de unión, el hilo normal se corta muy rápido".
Los diseños en patchwork son trabajos que se pueden meter sin inconveniente a la lavadora y resisten sin problema, de ahí que se logren hermosas colchas que pueden durar muchos años.
"Los creativos pueden confeccionar hasta donde la imaginación los lleve. Esa es la gracia de este arte porque permite una gama de ejecución muy amplia", comenta la artesana en telas y destaca que la ventaja de hacerlo a mano es que se puede llevar el trabajo a donde uno quiera.
Junto a ella comparte espacio en el primer piso de la Casona Laurel otra artesana oriunda de Colombia, Tránsito Moreno, quien pinta sobre madera en el estilo Country y como son coterráneas se entienden muy bien y apoyan en la labor de cada una, disfrutando de la paz, que dicen brinda el sur.
Ruth agregó que en marzo partirá de lleno con las clases que impartirá cuatro veces al mes con dos horas y media de duración cada una, por lo que invitó a las interesadas a consultar en la casona que se ubica en calle Cochrane. Adelantó que el proyecto involucra traer monitores de otras técnicas, incluso extranjeros para que desarrollen cursos en la ciudad.
"Los creativos pueden confeccionar hasta donde la imaginación los lleve. Esa es la gracia de este arte".
Ruth Nahima, Impulsora de patchwork"
clases al mes impartirá en la Casona Laurel la artesana del arte con retazos, Ruth Nahima. 4