Amenos de un mes de su entrega al público, el remodelado Parque Cuarto Centenario, otrora área verde entregada a su suerte y maltratada por los años, se ha convertido en un punto obligado de encuentro de las familias osorninas, que van hasta allá para pasear, practicar alguna actividad recreativa o bien disfrutar en las noches de la majestuosa iluminación que lo convierte en un sitio único de la ciudad. Este espacio urbano, un verdadero acierto del municipio de Osorno, es la mejor carta de presentación para ir ahora por la materialización de una nueva área verde, el Parque Hott, de más amplitud y mayor inversión, y que ha sido objeto de permanentes promesas incumplidas luego que dejara de funcionar allí, entre la calle Inés de Suárez y el río Rahue, un impensado basural que durante años recibió los desechos de la ciudad.
De acuerdo a los anuncios de las autoridades sectoriales, tras un frustrado inicio de faenas de hace algunos años, el Ministerio de Vivienda ha decidido retomar en el segundo semestre de 2017 las obras para levantar en el lugar del antiguo basural, a pocas cuadras del centro de Osorno, un gran parque urbano de 12,5 hectáreas (el Cuarto Centenario tiene 3), que contendrá paseos peatonales, piletas de agua, plazas, miradores, sectores destinados para el deporte e incluso un circuito ecológico. Acometer en su totalidad el Parque Hott, tal como se tiene planeado, demanda una inversión de 9 mil millones de pesos, el triple de lo que costó el Cuarto Centenario, por lo que los trabajos se irán realizando en etapas hasta 2020. En ese año la ciudad debería por fin ver recuperado un espacio al que de forma paradojal llegaban los desechos de los osorninos, y donde en 2013 se colocó una primera piedra que significó sólo el mejoramiento de una parte de la ribera y un sendero que bordea el río Rahue después del puente San Pablo.
Con la garantía del Cuarto Centenario de por medio, en el entendido que Osorno está en condiciones de ocupar como corresponde los nuevos espacios urbanos, es de esperar que el anuncio ministerial se concrete en los plazos señalados, y, muy importante, que el megaproyecto no sea víctima de retrasos por la eventual redistribución de los recursos frente a otras iniciativas.