Alexander Hopkinson
Nadie opina, nadie se compromete, pero todos lo saben. La avenida República, y las calles Santiago y Valparaíso en Rahue Bajo, se han convertido en verdaderos polos de hospedaje ilegal, pero no de cualquier tipo, no de hostales, cabañas o piezas individuales que evaden impuestos, sino de verdaderos conventillos modernos, donde familias completas arriendan una pieza a bajo costo (entre $50 mil y $70 mil) en inmuebles que están en condiciones sanitarias y de infraestructura deplorables.
Esto representa un grave riesgo de enfermedades y siniestros, debido a la precariedad de las instalaciones eléctricas y de gas con las que cuentan estas casonas que se caracterizan por ser muy antiguas, tener muchas habitaciones, techos altos y albergar a mucha gente.
El crecimiento de la comuna de Osorno, que presenta una de las menores tasas de desempleo a nivel país, ha atraído a trabajadores de otras zonas del país e incluso extranjeros en busca de una oportunidad laboral en la capital provincial, quienes ante la falta de oferta de bajo costo, optan por que arrendar piezas en los conventillos.
PELIGRO inminente
Para el comandante de Bomberos de Osorno, Marcelo Millar, la ocurrencia de incendios u otro tipo de accidentes son inminentes en este tipo de espacios.
"El primer peligro es que están hacinados, hay mucha gente y las medidas de seguridad son prácticamente nulas. Las instalaciones de la energía eléctrica están sobrecargadas, porque hay muchas radios y equipos conectados a una misma red. Además, habiendo tanta gente, es muy probable que alguno llegue con alcohol o que alguien fume y se produzca un incidente. Hay calentadores a gas, a leña y evidentemente que el riesgo es tremendo".
En caso de incendio, advierte el comandante Millar, la propagación sería extremadamente rápida, ya que son en su mayoría construcciones de madera con techos altos, lo que incrementa también el riesgo de los vecinos que colindan con este tipo de viviendas.
Consultado por las tratativas con otras autoridades para intervenir en este tema, Millar explicó que la injerencia de Bomberos es nula y ninguna figura del municipio o del gobierno ha hablado con ellos.
Antecedentes
El 25 de octubre de 2013 se quemó un conventillo en calle Ramírez, donde 15 personas arrendaban piezas y todos salvaron con vida, pero lamentablemente debieron enfrentar la pérdida total de sus enseres, entre los que se contaban dos locales de comida rápida.
A raíz de lo anterior, personal de la Oficina Comunitaria de Carabineros, a través del mayor Álvaro Navarro, en ese momento jefe de la Primera Comisaría de Osorno, se comprometió a realizar un registro o catastro de los cités o inmuebles que brindan alojamiento o arriendo de piezas en la ciudad, para compartir esta información con el municipio, la autoridad sanitaria, bomberos y el Servicio de Impuestos Internos (SII). Ello, con el objetivo de regularizar el sistema de arriendos y fiscalizar la seguridad de quienes ocupen estos lugares.
Sin embargo, tal como lo comentó el comandante Millar, quien estuvo en aquellas labores de rescate ese día, la información no ha sido divulgada hasta el momento.
Surgen de la necesidad
Marcelo Vera, académico de la Escuela de Arquitectura de la U. San Sebastián, explicó el contexto de la vivienda social en Chile, ramo que precisamente imparte en esta casa de estudios.
Según el experto, este concepto nace asociado a la migración campo-ciudad, generada por la necesidad de residir en un lugar más cercano al trabajo a fines del siglo XIX y principios del XX.
"El conventillo es una casa grande donde la familia dueña arrendaba las piezas a otras donde compartían los servicios básicos, el agua, el baño y ese tipo de cosas. Luego, a modo de solución, aparecen los cités, que a diferencia de los anteriores no es un sólo inmueble, sino que dentro de un mismo espacio hay pequeñas casas que tienen su propia cocina, baño, pero que comparten un terreno y un patio común", afirma Vera.
Agregó que esa solución arquitectónica, el cité, fue tomada y replicada por el Estado, convirtiéndose en la primera solución de vivienda social. Estuvo focalizada en atender los problemas de la salud pública, debido a la propagación de enfermedades como el tifus y la hepatitis.
"No tenían agua potable, no tenían electricidad, ni baños, lo que generó un problema de salud sumamente fuerte que se dio en ciudades como Santiago y Concepción, originalmente, que fueron urbes que se desarrollaron industrialmente y que atrajeron a estas familias", comenta el experto.
Este medio intentó obtener una versión de quienes habitan o arriendan estos inmuebles en Rahue, no obstante, nadie quiso hablar "on de record" o abiertamente sobre la realidad en estos inmuebles. No obstante, varios reconocieron que se arriendan piezas a bajo costo.