Ley de Etiquetado
Toda industria alimentaria, es decir, aquella que se encarga de producir los alimentos para las personas de una sociedad, está regida por varios reglamentos, actualizables, modificables y perfectibles, que siempre tiene un único objetivo: que los alimentos destinados al mercado consumidor sean de calidad, sanos e inocuos.
Cuando en 1992, el Reglamento de Rotulación de Productos Alimenticios Envasados exigió la fecha de vencimiento, la industria alimentaria comprendió el sentido de dicha norma por el bien superior. Sin embargo, hoy se percibe otra actitud ante la nueva Ley de Etiquetado, la de los símbolos de advertencia "Alto en" en las etiquetas que tienen por finalidad entregar información importante para el consumidor y contribuir en su elección, regla esencial en el funcionamiento del mercado.
Entonces, no deja de extrañar dicha conducta, pues no sólo raya en una falta ética empresarial, al resistirse a cumplir un reglamento, oponerse a producir alimentos sanos, sino que demuestran un desprecio hacia el valor humano de sus propios clientes consumidores finales. Mejor resulta invitar a la industria alimentaria a no gastar dinero en campañas publicitarias caras y mañosas, sino a invertir en producir alimentos más sanos, con menos sal, con menos grasa, etc., y ahorrarse los símbolos de la discordia. Más noble resultaría que los directorios y gerentes pensaran más en el bien de Chile, en cómo contribuir a reducir la obesidad en niños, la diabetes, la hipertensión, produciendo alimentos con etiquetas sanas y no qué tan grande resulta el número azul de las utilidades de la empresa.
Arnold Schirmer
Tareas escolares I
Llama la atención, para bien, leer opiniones de jovencitos relacionados con temas que les atañen directamente. En este caso el tema de las tareas escolares, que dicho sea de paso no tendrían por qué pasar de moda, siempre y cuando se apliquen con criterios verdaderamente pedagógicos y no como una verdadera maratón de actividades en las que deben intervenir los padres hasta altas horas de la noche o fines de semana. Porque existe la idea de que el colegio es mejor mientras más tareas den sus profesores para la casa, ideas compartidas por muchos que hoy rasgan vestiduras con el tema y tienen la manía de encontrarlo todo malo porque a algún sicólogo, sociólogo u opinólogo de moda lo planteó en algún programa farandulero.
Los mismos jovencitos en cuestión dicen que al tener menos tareas, tendrían más tiempo para salir con la familia, jugar con los amigos o aprovechar el fin de semana. ¿Para qué salir y compartir con la familia si al momento de poder hacerlo, cada miembro de la familia está con el celular en la mano enviando mensajes o jugando el juego de moda? ¿O para tener más tiempo y permanecer tirados en la cama de sus dormitorios haciendo exactamente lo mismo anterior? Compartir es conversar los temas propios de la edad de cada uno o del grupo; compartir es jugar utilizando el desplazamiento del cuerpo demostrando y desarrollando habilidades; compartir es querer hacer cosas con los demás para un beneficio personal y colectivo provechoso para su propio desarrollo; compartir es ser solidario y tolerante.
Chicos, yo no estoy muy de acuerdo con las tareas, pero entiendan que en la vida "hay males necesarios". Personalmente utilizo las tareas como un recursos de punto de partida para la clase siguiente, breve y precisa, no como un compromiso que debe ser realizado a cualquier precio. Aprendamos que todo pasa por lo que muchas veces no se compra en el quiosco de la esquina: criterio.
Ricardo Cea Vargas, profesor de la Escuela Paul Harris
Tareas escolares II
Nos dirigimos a usted con el propósito de contarle sobre la ley de las tareas. Ésta elimina los deberes escolares, cosa que a muchos de nosotros nos alegra, pues uno tendría tiempo para recrearse, estar con familia, descansar, etc. Lo mejor de esto sería, obviamente, tener más tiempo de entretención y descanso.
Lo malo es que no se podría reforzar lo qué aprendimos en casa, a menos que tengamos la costumbre o hábito de leer la materia después de clase.
En conclusión, no se deberían enviar tareas, sólo lo que no se completa en clase por el descanso y recreación necesaria.
Matías Aburto y Joaquín Escobar, sexto básico B del Colegio San Mateo
Pedir perdón
Obligar y chantajear a personas a pedir un perdón, o que no les corresponde, o que no lo sienten a cambio de un beneficio, tiene innegables acepciones: flagrante violación a los derechos de libertad de expresión y conciencia de esas personas (violación de DD.HH.), cobardía, mancillación y vejación del Estado hacia determinadas personas, al permitirlo, etc.
José Manuel Caerols