Empaquetadores de calle Ramírez envuelven los regalos con un aporte voluntario
NAVIDAD. Numerosas personas ofrecen cubrir los regalos con papel, mientras otros vendedores también venden las tradicionales y reaparecidas tarjetas.
En las últimas horas previas a la Navidad, el panorama en la calle Ramírez es el típico de todos los años: ajetreados compradores que repletan las veredas y caminan cargados con bolsas llenas de objetos para regalar, de los cuales en su mayoría no son envueltos en las tiendas, situación que entrega una oportunidad para que muchas familias aprovechen esto como un emprendimiento y así tener una entrada económica adicional.
También en esa misma arteria es posible ver cómo se mantiene otra tradición navideña: aunque a menor escala, la venta de tarjetas de saludos aún persiste, las que en gran parte son compradas por personas mayores.
Aporte voluntario
Carolina Carrillo lleva varios años trabajando en diciembre en la calle Ramírez. Mientras con gran destreza arma bolsas de papel, son varios los transeúntes que se le acercan para mostrarles algún objeto para que ella los deje listos para entregarlos esta noche.
Carolina cuenta que este año las ventas no han estado tan buenas como en ocasiones anteriores, por lo que debió bajar los precios de otro de los productos que ofrece, como son las bolsas navideñas de papel grueso, que rebajó en al menos 500 pesos por las malas ventas de los primeros días.
"Estas bolsas las traemos de Santiago y las tenemos mucho más baratas que en las tiendas establecidas. Como la gente piensa que las vendemos más caras, no las compran y por eso tuve que bajarles el precio".
La vendedora señala que para poder acceder a este trabajo temporal todos los años debe sacar un permiso municipal que se otorga por diez días hasta el 24 de diciembre y además de ello se debe pedir ocupar parte de la fachada de una tienda, espacio que el municipio determina que no puede exceder al metro y medio de ancho.
Este año fue un comentario obligado en muchos de los vendedores que las personas llegan con regalos más pequeños y no las grandes cajas de antaño, que por lo general eran juguetes.
"Ahora cada vez los regalos son más pequeños y por eso la gente aporta poco, porque esto es con una adhesión voluntaria", expresó la vendedora.
La mayor parte de las personas que prestan este servicio, los hacen por un aporte voluntario, apelando a la buena disposición de quienes lo requieren.
"Uno se basa en la buena fe de las personas. Yo creo en las personas y les presto un servicio y dependiendo de cómo yo los atiendo, será el aporte", concluyó.
Tradición que revive
Una de las costumbres que hasta hace unos años era una tradición, eran las tarjetas de saludo navideño, que con la aparición de internet se fueron perdiendo, mediante el envío de correos electrónicos y posteriormente los saludos por redes sociales. No obstante, reaparecieron, ya que en la calle Ramírez también se ofrecen nuevamente.
"Vengo con mi abuelita y ella está muy contenta porque hacía tiempo que no se veían tantas tarjetas de Navidad a la venta. A ella le gusta enviarle a sus familiares y ahora venimos a buscar para pasar a dejarlas donde algunas amigas de ella".
Así lo indicó Valentina Vega, quien junto a su abuela Marta elegían tarjetas navideñas.
Antonia Flores vende tarjetas también en la calle Ramírez y las ofrece entre $500 y $1.000 y señaló que de preferencia son adultos mayores los que le compran, pero también hay gente joven, además de niños que las usan para sus profesores.
"Es bonito que vuelva esta tradición y sobre todo si es para ayudar a los demás, ya sea instituciones o a familias", expresó.
"Ahora cada vez los regalos son más pequeños y por eso la gente aporta poco, porque esto es con una adhesión voluntaria".
Carolina Carrillo, Vendedora"
pesos se han debido bajar las bolsas de papel grueso o cartón, debido a las bajas ventas de este año. 500