Dado el contexto económico-productivo mayoritariamente agropecuario de nuestra región, su crecimiento y desarrollo radican en ver y explotar el potencial para diversificar nuestra matriz, el que subyace en cada una de las ciudades y poblados de los que estamos compuestos, que con distintas escalas, aportan al crecimiento desde sus propias economías locales.

Lograr un desarrollo equilibrado con visión territorial requiere de alianzas público-privadas y del trabajo colaborativo entre administraciones, organizaciones, asociaciones locales y gremios, impulsando el crecimiento en red y el desarrollo sostenible basado en el aporte común, pero especialmente, el aporte de los elementos diferenciadores de cada comuna, a fin de no perder la propia identidad territorial. Este proceso de integración desde lo múltiple exige la planificación territorial a toda escala, en provincias, comunas y ciudades y poblados.

Un plan intercomunal y el plan regulador son los instrumentos por los cuales se planifica el territorio y la ciudad. El primero determina vocaciones, escalas de crecimiento, conectividad y principales vías de relación; el segundo determina usos de suelo, localiza el equipamiento y áreas industriales, prioriza redes viales, zonifica sectores habitacionales, fija alturas, resguarda áreas verdes y cauces fluviales, en definitiva, ordenan y dan un sentido claro y general a la ciudad y al territorio donde ellas se insertan.

En Chile, 6 de cada 10 comunas no cuentan con un plan regulador actualizado. Esta tramitación se extiende en promedio más de seis años, período de tiempo que supera cualquier administración municipal. Esto trae como consecuencia el desinterés de presentar proyectos de desarrollo a largo plazo producto del escaso seguimiento de los mismos, provoca desorden en el crecimiento, y no contribuye a mejorar las condiciones del entorno ni de la calidad de vida, pues no cuenta con diagnósticos actualizados, aumentando los grados de incertidumbre de los actores que promueven el desarrollo y, finalmente, desincentiva las inversiones.

Como gremio vemos urgente la necesidad de contar con una adecuada planificación mediante un instrumento vigente, actualizado permanentemente y socializado con la comunidad. En julio de este año, el Ministerio de Medio Ambiente aprobó las observaciones a la actualización del plan regulador de Osorno, autorizando los objetivos propuestos. Hoy está en etapa de memoria y elaboración gráfica, restando sólo la fase de consulta ciudadana que esperamos sea lo antes posible por el impacto que provocará en los sectores productivos. Hemos compartido nuestra inquietud con las autoridades y con otros gremios de la ciudad, pues sólo la planificación urbana adecuada permitirá articular un modelo de desarrollo sostenible de nuestra ciudad y del territorio.

Paulo Arce Moreno, arquitecto,

presidente de la CChC de Osorno

Mientras el tipo de cambio siga favoreciendo la compra de los argentinos en el comercio chileno, se continuará registrando el altísimo flujo de trasandinos a las ciudades del territorio nacional que comenzó después que Mauricio Macri asumiera el mando de la Casa Rosada hace justo un año. Una de las grandes urbes beneficiadas con el llamado turismo de compras ha sido precisamente Osorno, que gracias a su cercanía con el Paso Cardenal Samoré ha recibido un ingente flujo de familias que principalmente se vienen a abastecer de productos tecnológicos y ropa que encuentran más barata acá. Desde el cambio de gobierno que hubo en Argentina, y la posterior liberación de restricciones cambiarias para las compras en el extranjero, los trasandinos están aprovechando cada feriado largo o período de vacaciones para viajar a la ciudad y buscar las mejores ofertas.

Desafortunadamente, la ciudad no ha logrado adecuarse todavía del todo a este nuevo comportamiento de la demanda, como se pudo apreciar el pasado jueves, cuando centenares de familias argentinas llegaron a Osorno ya pensando en los regalos de fin de año. A pesar de conocerse de antemano que en el feriado vendrían muchos trasandinos, y a que el turismo de compras está en franca consolidación desde hace varios meses, un significativo número de tiendas comerciales locales se descolgó de la oportunidad y no abrió sus puertas, desaprovechando una magnífica ocasión para incrementar sus ventas de diciembre.

Forzados por el viaje y la proximidad de la Navidad, gran parte de los argentinos terminó finalmente realizando sus compras en las grandes tiendas del retail, aunque varios -según relataron a este medio- habrían preferido hacerlo en los pequeños locales. Si bien no hay cifras disponibles aún, el monto de las transacciones debe haber sido significativo.

El comercio local tiene que adecuarse a esta nueva demanda antes que los compradores modifiquen sus conductas, o antes que las grandes tiendas del retail terminen siendo un atractivo imposible de rechazar. Si Osorno quiere posicionarse como un polo turístico, debe actuar como tal desde todos sus servicios.