Escuchar a las urnas
La elección municipal ha marcado un antes y un después por la alta abstención, y una vez más los porfiados hechos nos han dado la razón. Cuando se legisló por que las votaciones fueran voluntarias, dijimos que eso iba a significar que la mayoría de los electores no irían a las urnas, pues los chilenos somos cómodos y queremos que otros hagan lo que debemos hacer como país, pero la tozudez de los señores políticos y su máquina aplastan la voluntad de los ciudadanos.
Este camino se está poniendo pedregoso, pero aún es tiempo que los señores políticos recapaciten y escuchen la voz de los ciudadanos y corrijan errores garrafales que han cometido. Lo único que les pedimos es que escuchen el mensaje de las urnas y no sigan manipulando la democracia y al electorado. Dejen de lado sus intereses particulares y de partidos, legislen con verdadera transparencia y no más letra chica. Se los está pidiendo todo Chile y los electores emergentes.
Duberlí Guerrero
Rechazo a las huelgas
Las huelgas en nuestro país no discriminan si los participantes pertenecen al sector privado o fiscal. Está bien que el Estado las tolere -presuntamente para cuidar su espíritu democrático gubernamental-, pero en el fondo las huelgas no deberían existir, ni menos las de personal fiscal a cargo de sectores públicos fundamentales, como la salud, aseo, educación, alimentación, transporte, puertos, caminos, oficinas públicas, etc.
Quien logra un trabajo, con algún título sobre especialización o bagaje para ello, lo hace aceptando las condiciones del contrato determinado, ninguno de los cuales incorpora la posibilidad de "suspender su trabajo para exigir aumento del sueldo pactado". Los sueldos nacionales se rigen por condiciones legales alcanzadas por determinados movimientos históricos -varios de ellos políticos-, al igual que el índice oficial de alza del costo de vida señala la pérdida económica del año anterior, único índice que debería regir en el reajuste anual de sueldos en todos los ámbitos de asalariados privados o fiscales.
Debería suspenderse la posibilidad de huelga, puesto que el incumplimiento de un contrato por parte del empleador debería ser reclamado a través de la justicia ordinaria sin paralizar la actividad aceptada. Pero es necesario que nuestras autoridades determinen acciones que por lo menos impidan la paralización del país.
David Benavente
Paro y medicamentos
Un grupo invisibilizado por el paro de los funcionarios públicos han sido aquellos estudiantes con diagnóstico de trastorno de déficit atencional, pertenecientes a familias vulnerables, los cuales no han podido retirar sus medicamentos desde los consultorios, impactando negativamente en sus aprendizajes y comportamiento en el mundo escolar, sin olvidar que son alumnos con necesidades educativas especiales.
Como sociedad hemos vulnerado sus derechos.
Mauricio Pérez
Paro y Colegio Médico
El Colegio Médico anuncia la iniciación de movilizaciones para "reafirmar nuestro apoyo a los distintos actores que se encuentran afectados con esta situación." Es decir, el Colegio Médico no está en conflicto directo y propio con otra fuerza social, sino que apoya una "situación" que se infiere, pero no está definida en el llamado a movilización.
Toda interrupción de labores médicas tiene costos importantes para la ciudadanía, y el momento no es apropiado para una reflexión ética al respecto, que tiene muchas aristas insolutas. No obstante, estos actos sociales de interrupción laboral son ocasión para considerar dos aspectos.
Primero, la medicina en general está siendo invadida por creciente desconfianza ciudadana y un traslado importante a terapias complementarias o francamente alternativas. Esta pérdida de confianza no se refiere a lo técnico, sino a los desmedros en acceso y cobertura, la atención presurosa y postergada, los cuidados del paciente como persona. Marchar con bata blanca, que no es un uniforme, sino un signo de prestancia profesional y acogida al requeriente de atención médica, puede aumentar la desazón de quienes vean a sus médicos en la calle, marchando no en tanto ciudadanos, sino identificándose como profesionales de la salud.
Segundo, el Colegio Médico hace ingentes esfuerzos por recuperar la colegiatura obligada y la tuición ética sobre los médicos. Es de temer que los legisladores vean en estas movilizaciones una actividad gremial y política que atente contra la plausibilidad de recuperar el estatus de colegiatura profesional obligatoria y rectora sobre la ética del quehacer médico.
Los inesperados giros de la voluntad ciudadana recomiendan la prudencia política, y eso vale, sin duda, para quienes tenemos a nuestro cargo el cuidado, la curación y la paliación de las personas enfermas.
Dr. Miguel Kottow, académico de la Universidad Central