Bajada Isabel Allende
Tranquiliza la renuncia de la hija de Salvador Allende como candidata a la próxima presidencial, puesto que se elimina el seguro conflicto que originaría el revivir con su apellido un triste capítulo de nuestra historia contemporánea, asociándolo con Pinochet y recordando ambos períodos, panorama no muy agradable para muchos.
Es preferible recurrir a personas con apellidos neutrales que no rememoren gobiernos con iracundos detractores y defensores, alterando la armonía ciudadana hasta ahora. Nuestro pueblo sólo necesita gente capacitada para gobernar eficaz y honradamente.
David Benavente
Becas de médicos
La formación de un médico especialista en Chile es de elevados costos tanto para el Estado (Minsal) como para los centros formadores. En la universidad en que trabajo formamos especialistas en las áreas más variadas, y el costo de esa formación por alumno residente varía desde los $ 25 millones hasta los $ 60 millones anuales, dependiendo de los recursos humanos, infraestructura y equipos necesarios. Este monto importante lo asumimos con la responsabilidad de aportar al cierre de la brecha de falta de especialistas en el país.
Sin embargo, una vez que estos profesionales se gradúan, un considerable porcentaje incumple con el pago de su formación, trabajando por un tiempo equivalente al doble de los años de apoyo del Minsal en un servicio de salud designado y conocido desde el inicio de ésta.
¿Puede el Minsal hacer algo al respecto? Probablemente no, pero sí el Estado a través de una forma legal que desautorice la inscripción de estos profesionales en el registro de la Superintendencia de Salud y, por tanto, les impida inscribirse como prestadores de Fonasa e Isapres, o ser contratado por clínicas privadas.
Parece una dura, pero necesaria medida. En esta sociedad tan llena de acciones irresponsables, alguien tiene que "ponerle el cascabel al gato".
Dr. Jaime Contreras Pacheco Decano Facultad de Medicina U. Andrés Bello
El fútbol
El Dios Fútbol es conocido y familiar para muchos, religión que cuenta con muchos seguidores, aunque no soy creyente y no me interesa para nada, pues lo detesto, pero lo quiero; sin embargo actualmente y regularmente me convierto y soy un gran hincha y admirador por 1 o 2 horas, tiempo en que gracias a su beneficio como dirían marginal la ciudad goza de tranquilidad, poca gente, no hay desordenes no hay bulla, pocos autos, vuelve el silencio y aquellos tiempos de añoranza, un agrado; incluso se paraliza hasta la maquinaria de la delincuencia!, ¿cómo no lo voy a querer?.
José Manuel Caerols
Experimentar para innovar
La época que nos toca vivir se rige por la informática, en todas sus formas. La vida cotidiana ocurre entre máquinas que realizan una tarea específica sin control humano una y otra vez; niños y adultos no juegan en los parques, sino que deambulan y cazan poke-algo, que vive en la realidad virtual de una aplicación.
Las herramientas computacionales cuentan con mayores funcionalidades y en cada nuevo avance son más pequeñas y planas, tendiendo a la miniaturización, tal como lo predijo Gordon Moore en los años sesenta, cuando señaló que "el tamaño de un transistor se reduce a la mitad por cada año y medio que pasa".
La academia no puede quedar fuera de este gran paso que el mundo está palpitando, es así como un grupo de estudiantes de la Facultad de Ingeniería en la Universidad Central y quien escribe estas líneas, estamos innovando en tecnología de investigación y desarrollo, utilizando microprocesadores y baterías de celulares. Comenzamos construyendo una micro-estación autónoma de monitoreo de parámetros ambientales, en base a microprocesadores, elementos periféricos que montados sobre una placa pueden medir algunos parámetros como: temperatura, radiación, gases y sonidos.
Este proyecto también nos ha llevado a vincularnos con la comunidad escolar, ya que estamos trabajando en colegios, para abrir la mente de las generaciones del futuro. Todos pueden ser parte, ya que estos dispositivos tienen un bajo costo y cuentan con un código abierto.
Algunos se preguntarán "por qué lo estamos haciendo"; la respuesta es simple: hay que volver a jugar, a ensuciarse las manos, ensamblar, pensar y armar dispositivos que resuelvan problemas, armar prototipos que no funcionen para estimular la tolerancia al fracaso, y por supuesto otros que sí funcionen, para tener excusas y celebremos.Nelson Sepúlveda Académico de la Facultad de Ingeniería Universidad Central