Luego del bochorno protagonizado por el Servicio Electoral y el Registro Civil en la conformación del padrón de votantes habilitados para sufragar este domingo, y de la tardía reacción del Gobierno para solucionarlo, no queda más que lamentar el seguro impacto negativo que tendrá este episodio en la participación ciudadana en los comicios en los que se escogerá a los alcaldes y concejales. El insólito error ha puesto en entredicho la posibilidad de votar de casi 500 mil chilenos repartidos por todo el país, y aunque algunos intenten minimizar su efecto en los resultados, la gran víctima es el sistema democrático en sí, el Poder Ejecutivo y la propia clase política, que han sido incapaces de llevar tranquilidad a una ciudadanía que está asistiendo impávida a una seguidilla de infortunados capítulos que terminan por minar la confianza y la credibilidad.

Lo que se ha observado hasta ahora es la ineficiencia y descoordinación de servicios estatales que deberían dar plenas garantías democráticas, lo que es más extraño todavía para una repartición como el Registro Civil, que hasta hace pocos años atrás gozaba de un prestigio bien ganado gracias a su pionera tecnologización y calidad en la atención a público. Hoy, en virtud de este bochorno y de situaciones anteriores, el Registro Civil se encuentra sumido en un descrédito que no sólo afecta a esta propia oficina, sino que a la ciudadanía y al sistema democrático.

No puede argumentarse en este caso que el problema se ha originado en el cambio hacia el voto voluntario, pues este régimen ya se encuentra imperando desde 2012. Lo que ha quedado claro es que no se actuó con la debida eficiencia en la confección del padrón electoral y que esto, lamentablemente, arrojará consecuencias en la participación ciudadana del próximo domingo.

Es evidente que además de la búsqueda de responsabilidades, la población necesita ahora recuperar la certeza en un sistema que viene dando sucesivas muestras de agotamiento desde que quedara al descubierto la incestuosa relación entre el dinero y la política. La democracia de la que goza el país, con todo lo imperfecta que puede ser, necesita ser cuidada con rigor, en especial por quienes han recibido la delegación temporal de la soberanía popular.

Entre el 12 y 14 de octubre tuvimos la oportunidad de compartir y ser parte de una experiencia inolvidable en torno a la gastronomía del sur de Chile: la novena versión de Osorno a Fuego Lento 2016, con el eslogan "Tradiciones ancestrales con sabor a campo". Este evento se ha posicionado por su trascendencia, impulsado por Inacap, junto al apoyo de la Municipalidad de Osorno, y este año con la activa participación y organización de Sernatur y la comuna invitada: Río Negro. Sin duda alguna, estamos felices, orgullosos y satisfechos por la tarea cumplida y por el enorme compromiso, esfuerzo y dedicación del equipo que organiza y coordina tras bambalinas que todo sea un éxito.

Debemos destacar al Área Hotelería, Turismo y Gastronomía que lidera este evento, al programa Raíces de Inacap que este año se sumó a este magno evento, como a su vez a directivos, colaboradores, docentes y alumnos y, por supuesto, a los chefs e invitados especiales, autoridades, representantes de las municipalidades, servicios públicos y sector productivo, expositores que estuvieron presentes con stands y sus productos en el hall, alumnos y docentes de la institución y establecimientos de enseñanza media, a los participantes de los concursos Pura Carne y "Mi receta, mi historia", donde este último se efectuó de manera conjunta con El Austral de Osorno como media partner, y a otros medios de comunicación social que se unieron a esta cruzada, al igual que a toda la comunidad que disfruta con esta inolvidable experiencia, donde se pone en valor el rescate por el conocimiento de la gastronomía, la cultura y el turismo local.

La participación en Osorno a Fuego Lento promueve que el público pueda compartir esta aventura de recetas, sabores y aromas, donde existen diversas y entretenidas actividades abiertas a la comunidad como charlas, cocinas en vivo, concursos, degustaciones y, lo más importante, tener la oportunidad a través de alimentos, historia de la cocina, conocimientos y técnicas que expertos e invitados compartan en un grato ambiente donde el talento, la innovación y la creatividad, se conjugan para disfrutar el patrimonio turístico y culinario.

Cada año es un evento que reúne a cientos de personas en torno a la gastronomía, y tal como mencionó el propio vicerrector Rodrigo Ibáñez, el próximo desafío es que en 2017 celebremos como se merece una década de Osorno a Fuego Lento, el evento agrogastronómico más importante del sur de Chile.

Carlos López Monje, director de Comunicaciones y Asuntos Estudiantes de Universidad Tecnológica de Chile, Inacap Osorno