Ricardo Cifuentes
Hace 6 años eran cerca de 30 los menores que concurrían al comedor abierto cada sábado para recibir un almuerzo. Ahora, en ocasiones, llegan 70 pequeños, lo que obliga a gestionar más vajilla para atenderlos en el comedor habilitado en la capilla Padre Esteban Gumucio, de la población Irene Daiber, en la parte sur este de La Unión.
Al frente de la iniciativa de asistencia social se encuentra la dirigenta Sudanita Pérez Álvarez, de 64 años, casada y madre de 5 hijos, quien durante los últimos 30 años ha estado ligada a la Iglesia Católica y junto a Rosa Gaete, en un retiro, aceptó el desafío propuesto por el padre Pablo Fontaine, de instalar en la capilla del sector un comedor abierto para atender a los niños, que de lunes a viernes reciben almuerzos en su escuela, pero que el sábado pierden esa posibilidad que complementa este comedor.
"Lo que hacemos no es caridad, es amor, queremos ayudar. En varias ocasiones los comensales llegaron en el vientre de las mamitas y hoy vienen junto a sus madres y son nuestros hijos. Las mamás ayudan en la atención de los niños y adultos, que ahora también asisten los días sábados desde las 10 horas, aunque el almuerzo se sirve a las 12 horas, a veces con rotación en los puestos debido a la cantidad de niños", dijo.
Cuando concluye el almuerzo se inicia el trabajo de planificación del almuerzo siguiente y analizan la manera para financiarlo, "pero Dios siempre está con nosotros y aparte de los socios cooperadores que tenemos, Jacqueline Arismendi, Luis Sergio Gallardo e Ingrid Riffo, aparecen personas anónimas que colaboran. Y recurrimos a nuestros vecinos, a los comerciantes y a un distribuidor de gas que nos provee del combustible para cocinar".
Reconocimiento
Sudanita señala que en esta obra social trabaja junto a Rosa Gaete, con quien partió, Sonia Soto, Claudia Millapán, María Cumián, sus hijos y hasta su esposo, Rubén Molina, que en ocasiones se une al trabajo que realiza este grupo de mujeres.
El esfuerzo desarrollado por esta vecina de la población Daiber influyó para ser destacada en una ceremonia en Valdivia, por su labor de asistencia social, con ocasión del noveno aniversario de la nueva Región de Los Ríos, "reconocimiento que es para todo el grupo que me acompaña en esta sacrificada labor", declaró.
En estos 6 años han tenido momentos muy complicados y recuerda que partieron ofreciendo almuerzos en las características bandejas de escolares, pero en una oportunidad se acercó un vecino que donó 100 mil pesos con los cuales se adquirió vajilla, ollas o fondos para preparar los almuerzos.
"Nos ha pasado que en ocasiones nos quedamos sin presupuesto y salimos a pedir a nuestros vecinos. Una vez no teníamos papas y nos fuimos a hacer un puerta a puerta, que están de moda por estos días, y pedimos aunque fuera una papa, siempre nos dieron y en otros casos dinero para comprar; juntamos 15 kilos, pero era poco y con dinero cubrimos la necesidad de ese sábado", relata.
Satisfacción
El grupo del comedor abierto padre Pablo Fontaine, que partió con modestas 30 bandejas, tiene en la actualidad 50 servicios completos, habilitaron un comedor, disponen de una cocina y quieren tener un lavaplatos para la limpieza de las ollas.
Ganaron un proyecto para crear un taller musical, compraron instrumentos que les robaron y organizaron una campaña del sobre para comprar parte de lo perdido.
A ello agregaron un proyecto que busca educar a través del juego a los niños, con un maestro que aplica un programa innovador, que está en ejecución en Brasil y que enseña matemáticas, por ejemplo con buenos resultados hasta ahora.
Sudanita Pérez señala que les satisface plenamente el trabajo que hacen y reconoce que en ocasiones dejan de lado la propia familia, por esta otra, que han ido forjando semana a semana y cuando se reúnen desaparecen los problemas y aparece la energía para seguir ayudando; "mejor aun cuando tenemos la visita de la padre Pablo Fontaine, de 91 años, tal como sucedió este 15 de octubre, cuando cumplimos nuestro sexto aniversario", dijo.