Efectivo cuidado a los menores
No basta con que el Estado haya ratificado la convención internacional ni con celebrar el Día del Niño una vez al año. Según el informe del Sename murieron 865 menores, de los cuales 210 estaban en el sistema residencial de protección de dicho Servicio.
La directora del Servicio Nacional de Menores, Solange Huerta, ha dado a conocer los resultados de una investigación que ha determinado el número de niños y adolescentes fallecidos que -directa o indirectamente- estaban a cargo del organismo durante los últimos once años (enero de 2005 a junio de 2016). Según el informe murieron 865, de los cuales 210 estaban en el sistema residencial de protección del Servicio 406 fallecieron en programas ambulatorios, 33 adolescentes cumplían condena en los centros de rehabilitación directa del servicio de justicia juvenil, y otros 216 jóvenes que eran parte de los programas ambulatorios del mismo organismo.
Desde hace meses se venía cuestionando el funcionamiento de ese servicio, y se recordará que recientemente la ministra de Justicia, Javiera Blanco, tuvo que enfrentar una interpelación en la Cámara Diputados, por los casos de muertes de niños en centros del Sename y por la crisis en Gendarmería. La Presidenta Bachelet ha señalado que se destinarán fondos adicionales por $2.500 millones para el organismo y comprometió el envío del proyecto de ley que crea el Servicio de Responsabilidad Penal Adolescente, dependiente del Ministerio de Justicia, y el proyecto de ley que crea el Servicio de Protección de la Niñez, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social.
El país no puede permitir que miles de menores continúen padeciendo abandono ante la incapacidad que han mostrado sus familias y el Estado en otorgarles protección. Parte de la labor que puede hacer el Estado es brindar apoyo y acogida a estos niños, pero las insuficientes instalaciones impiden que ese rol se cumpla satisfactoriamente. Chile reconoció la Convención sobre los Derechos del Niño mediante una ley publicada en el Diario Oficial del 27 de septiembre de 1990. Entre estas disposiciones se encuentra el derecho a la protección para su desarrollo físico material y social, y el derecho a la alimentación y a su cuidado.
Los desafíos son muchos. No basta con que el Estado haya ratificado los postulados de la convención internacional ni con celebrar el Día del Niño una vez al año. Lo que se requiere es un compromiso como sociedad, para asumir que los niños y niñas son sujetos con derechos y por lo tanto no pueden ser vulnerados.