Esta semana conocimos los resultados del Simce de Escritura 2015 aplicado a estudiantes de sexto básico, dando a conocer una realidad preocupante. Un tercio de los estudiantes no logra escribir un texto comprensible y casi la mitad de los niños no consiguen desarrollar bien las ideas. Si bien son estudiantes de sexto básico, cabe preguntarse ¿cómo afectará esto en su futuro educacional y por cierto laboral?

Conversando con directores de liceos técnicos profesionales, he podido escuchar como sus profesores tienen que trabajar para nivelar a los estudiantes que vienen desde escuelas básicas, tanto en áreas de leguaje como matemáticas. Luego, trabajando con instituciones de educación superior, he conocido los programas de nivelación que tienen que realizar con los estudiantes al momento de ingresar, ya sea en el área técnica como universitaria.

Y finalmente, al recoger las opiniones desde el mundo laboral, y las vividas personalmente con estudiantes en práctica o trabajadores jóvenes, las deficiencias en la compresión de instrucción y su correcta aplicación, así como la capacidad de expresarse de manera oral y escrita, son preocupantes. Pareciera una cadena de nunca acabar, donde vamos tratando de tapar los hoyos que ha ido dejando el sistema a lo largo de la vida educativa de los jóvenes.

Todos los estudios indican que mientras más se invierta en una mejor educación a temprana edad, más fácil será el camino para adelante. Pero ya tenemos miles de jóvenes que no tuvieron esa oportunidad, por lo que como sociedad tenemos que tratar de hacernos cargo del problema. Desde ONG Canales buscamos colaborar con los estudiantes de la formación técnica y lo hacemos a través de nuestro programa de emprendimiento Puro Power. A través de la elaboración de un proyecto social o productivo se les pide a los estudiantes que comuniquen sus ideas, las vendan, convenzan a otros porque su producto o servicio es bueno.

Sin duda un aporte para disminuir las brechas existentes pero sabemos que no es suficiente y ya varios liceos nos han planteado como logramos conectar más este programa con la formación general. Tomando estas ideas, es que acabamos de postular un proyecto al Mineduc con este fin, generar un portafolio de conexión de lenguaje, matemáticas e inglés con la formación técnica a través del emprendimiento. Quiero invitar a los padres a que nos preocupemos más del tema. Incentivemos más la lectura, conversemos con ellos, hagamos que planteen sus ideas; somos los principales responsables de su educación.

Cristóbal García, director

ejecutivo de ONG Canales

Recurrentemente los usuarios de la salud pública en el país levantan su voz con el fin de reclamar por la dificultad para conseguir atención oportuna en los hospitales o en los consultorios, graficado todos los años, y particularmente en la época invernal, cuando los servicios de urgencia se atochan de pacientes que deben esperar horas para que algún profesional médico realice el examen correspondiente. Ratificando la dificultad que hay para garantizar la atención médica oportuna, la brecha de acceso a la salud en el país se viene arrastrando desde hace décadas, y a pesar de los esfuerzos que ha realizado cada gobierno, la sensación de malestar de parte de los usuarios continúa sin grandes variaciones.

Por esto es que ha sorprendido la información recopilada por este medio en los centros de salud familiar (Cesfam) de Osorno, en cuanto a que al mes, se pierden prácticamente mil horas de atenciones con profesionales de la salud por la inasistencia de los pacientes. El listado lo lideran las consultas con médicos y le siguen las correspondientes a odontología, kinesiología y nutrición.

Aunque no están claras las razones para la inasistencia de las personas que han solicitado hora en los cesfam osornino, situación que probablemente se repite en los otros consultorios del país, se ha aventurado que obedecen al simple olvido del paciente o bien a que su problema era tan urgente, que prefirió acudir al sistema privado, donde por un costo mayor puede consultar a tiempo a un médico. Para solucionar en parte el problema de las horas perdidas (pues una de ésas podría haberse asignado a alguien que sí la requería), los centros de salud familiar han implementado sistemas de comunicación para gestionar una mayor eficiencia en las atenciones, sobre todo llamados telefónicos desde un call center. El "margen de error" se ha aminorado con esto, pero sigue constituyendo un problema importante de recursos.

Independiente de la oportunidad de la atención médica, en la que sin duda los cesfam pueden avanzar más para evitar la migración forzada, los usuarios del sistema público han de comprender que deben asumir que la hora asignada es una responsabilidad del sistema para con ellos, y viceversa.