Felipe Guerrero
Teobaldo Cheuquemán es un tornero osornino que ha dedicado los últimos 25 años de su vida a preservar el complejo arte de fabricar tejos para rayuela, típico deporte nacional que cobra mayor notoriedad en época de Fiestas Patrias.
Pero el trabajo de este hombre no sólo es valorado en Osorno, ya que su producto es reconocido a nivel nacional por su calidad y es pedido desde distintas regiones del país.
"Lo primero es cortar el material con una máquina para metales, donde se le va dando forma al metal en bruto. Luego pasa al procesamiento en el torno, que hace el tejo, lo modela completamente y le da su forma característica. Después del torno, algunos clientes piden grabar su nombre en el tejo", explica orgulloso este trabajador de 69 años.
Templado y pulido
"Luego viene el tratamiento térmico, donde el tejo se lleva a la fragua para templarlo y ahí se produce el endurecimiento del metal. Para ello se enciende el carbón en un fogón, se enciende el ventilador, el fuego calienta el tejo y una vez que tiene la temperatura adecuada se va al agua fría", detalla el experto.
El tornero agrega que "luego se prueba el tejo para ver si está listo. También se nota por el color, porque cuando el material es bueno queda plomizo y el tejo está perfecto. El último paso es que después de templados quedan algo negrizos, por lo que se lleva nuevamente al torno para ser pulido y queda listo para que lo venga a buscar el cliente".
Los tejos generalmente se venden por pares (ambos deben pesar lo mismo) y los de don Teobaldo valen entre $20 mil y $24 mil el par, a quien le han hecho pedidos de Santiago, de la regiones de La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y hasta de Magallanes. Un tejo, según la estandarización nacional de este deporte en Chile, debe pesar hoy entre 500 a 840 gramos, explica este experto.
Todo un arte
"Este arte me lo enseñó hace unos 30 años un compañero de trabajo, quien ya era un anciano y jugaba a la rayuela, él me dijo cómo tenían que ser los tejos, pero a las nuevas generaciones no les gusta mucho porque dicen que no es muy rentable", reflexiona Cheuquemán.
El trabajador, en tanto, sostiene que "espero que este arte no se pierda, porque como todo hoy se está importando, es posible que una empresa china, por ejemplo, se dedique a hacer tejos industriales que podrían llegar mucho más baratos a nuestro país".
Por su parte, José Ferrada Campos, presidente de la Asociación de Rayuela de Osorno e integrante de la directiva nacional de rayuela de Chile, destaca el valor del trabajo de este osornino.
"Son muy pocas hoy las personas que se dedican a la tornería de tejos, realmente es una gran alegría para nosotros tener estos tejos de gran calidad en Osorno. De hecho, cuando hay campeonatos nacionales se acercan muchos jugadores a pedirnos los tejos de don Teobaldo", asegura.
Y agrega que "para nosotros es un orgullo como rayueleros que tengamos este fabricante acá. Muchos pueden hacer tejos, pero la ciencia está en el templado".
Sin ir más lejos, en octubre hay un campeonato nacional de rayuela en San Pablo, donde los tejos de Teobaldo Cheuquemán serán protagonistas.
"A las nuevas generaciones no les gusta mucho este oficio, porque dicen que no es rentable, pero espero que este arte no se pierda".
Teobaldo Cheuquemán, Fabricante de tejos"
a $24 mil es el precio de un par de tejos de Teobaldo Cheuquemán, que asegura la calidad de su producto. $20 mil
años lleva dedicado este hombre al complejo arte de la fabricación de tejos. 25