Cuestión de tiempo
Puede que nuestro actual sistema de pensiones cambie, siendo imprescindible que se lo exijamos a las autoridades.
Las fuertes críticas a nuestro sistema de pensiones está llevando el tema a un punto de no retorno. Las bajas pensiones afectan en la actualidad a un número importante de afiliados y a sus familias, aunque hace ya diez años atrás se tuvo el diagnóstico claro de que una parte importante de la población nacional no tendría los ahorros suficientes para aportarlos a su cuenta de capitalización individual y, por ende, no podría contar con el financiamiento necesario para tener una vejez digna.
La crisis del sistema es ya una realidad que irá aumentando en complejidad en la medida que año a año se van a ir sumando más personas que recibirán como jubilación una cantidad de dinero muy menor a la esperada.
Frente a ello es muy probable que las manifestaciones que a lo largo del país se han empezado a organizar y se seguirán organizando para poner fin al actual sistema de pensiones o, más precisamente, al actual modelo de administración privada de los fondos a través de las AFP, nos pueda llevar a lograr reemplazarlo. Es cuestión de tiempo.
Aunque no será fácil la voluntad decidida de una mayoría ciudadana de la cual todos podemos ser parte, puede hacer que nuestro actual sistema de pensiones cambie, siendo imprescindible para ello que se lo exijamos así a las autoridades que sean elegidas a través del voto popular. Más aún considerando que tanto éste como el próximo son años de elecciones. En apenas dos meses más se efectuarán las elecciones municipales y en noviembre del próximo año las elecciones parlamentarias, en las que junto con renovar la mitad del Senado se elegirá un total de 155 diputados, esta vez sin un sistema binominal que beneficie a los dos principales bloques políticos.
En marzo del 2018, esto es, en menos de dos años, tendremos prácticamente un nuevo Congreso. Es tarea de cada uno de nosotros estar atento al discurso de los candidatos para finalmente elegir a nuevos parlamentarios que reciban un mandato claro y preciso de sustituir el actual sistema de pensiones reemplazándolo por uno que impida la pobreza en la vejez y sea más solidario, que tenga una administración de los fondos que no quede exclusivamente en manos privadas y en que el Estado tenga un rol preponderante en su resguardo y distribución.
Jaime Sotomayor Neculmán
Abogado, Magíster en Gestión Pública