Abandono de obras en viviendas
Los ocupantes de 96 departamentos de Francke cumplieron seis meses viviendo entre andamios y herramientas dejadas a su suerte por la quiebra de una empresa. Suena ilógico que nadie se haga cargo de los "restos" de la quiebra, así como justificar la larga espera que sufren los vecinos a un "ciclo natural".
Por difícil que pueda parecer, casi un centenar de familias osorninas lleva viviendo seis meses de incertidumbre, luego que la empresa que se había adjudicado el contrato fiscal de aislación térmica de sus viviendas se declarara en quiebra, abandonando de la noche a la mañana las obras que había iniciado en el sector de Francke. Es paradójico, tanto por el nivel de riesgo al que han quedado los ocupantes de los 96 departamentos que querían ver mejoradas sus condiciones de habitabilidad, como por, nuevamente, la inacción de los organismos gubernamentales para prever situaciones de este tipo y buscar las soluciones remediales antes de que estalle la paciencia de los afectados.
Tal fue el nivel de imprevisión que los andamios quedaron instalados, las herramientas esparcidas en la calle, y las mallas raschel cubriendo la totalidad de los departamentos. Aunque la razón del abandono de las obras reside en la declaración de quiebra de la empresa, llama profundamente la atención que el Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu), a la sazón la entidad que cursa los subsidios de aislación térmica y se supone que el principal conocedor de estas materias, haya permanecido prácticamente impávido ante este escenario durante medio año, tiempo en el cual los residentes han tenido que convivir con el recuerdo vivo de las obras y el peligro inminente de andamios que en cualquier momento pueden venirse abajo porque, sencillamente, nadie está a cargo.
Frente a esta situación, la autoridad del sector atribuyó los problemas en Francke a un "ciclo natural" de los procesos de quiebra, en circunstancias que lo "natural" debiera ser que el Estado, a través de sus instituciones gubernamentales, reaccionara con premura ante este tipo de hechos para evitar un mal mayor (por ejemplo, que se caiga un andamio quizás con qué resultados). Seis meses con una obra abandonada, no en un estadio ni en un gimnasio ni en una plaza, sino que en la "puerta" de 96 viviendas, es a todas luces un despropósito.
Es evidente que el Serviu tiene que mejorar sus tiempos de respuesta y su capacidad de hacer frente a emergencias. No basta, ni es digno, esperar que los vecinos resuelvan este tipo de dificultades.