Leonardo Yevenes
Cada jueves y sábado sin falta, las integrantes de la Asociación Nacional de Trabajadoras de Casa Particular (Anecap) de Osorno, se reúnen en la sede que mantienen en avenida Mackenna 1536, con el fin de compartir experiencias y ver las necesidades que existen en un oficio que como dicen ellas mismas, ha ido en disminución en el tiempo, pero sin riesgo de desaparecer completamente.
En una casona de dos pisos, las cerca de 40 socias que actualmente conforman esta agrupación que se encuentra presente en todo Chile, mantienen un espacio que les ha servido para albergar y acoger a aquellas trabajadoras que antaño solían llegar -principalmente de zonas rurales- a Osorno a trabajar, sin contar con residencia fija.
Según Catalina Solís, presidenta local de Anecap, cada vez son menos las socias que utilizan el inmueble para albergarse, no como hace un par de décadas, cuando la mayor parte de quienes desarrollaban esta labor provenían de áreas rurales, sin tener un lugar en el que quedarse.
Aun así el inmueble es altamente utilizado para realizar convivencias o reuniones sociales de las socias. Incluso, sirve ocasionalmente como hospedaje para aquellas asociadas que llegan desde otras ciudades por diversos motivos.
"Antes de trasladarnos a esta sede a mediados de los '80 contábamos con una sede ubicada en la población El Esfuerzo. Pero siempre hemos contado con el apoyo de la Iglesia Católica a través de los obispos y sacerdotes, quienes nos han ayudado en nuestro bienestar", explica la presidenta.
Por lo mismo Catalina señala que fue monseñor Francisco Valdés quien luchó porque Anecap se instalara en Osorno, con el fin de proteger a todas aquellas trabajadoras que no poseían una residencia donde quedarse luego de la jornada laboral.
"A partir de ello, todos los obispos de la Iglesia nos han apoyado a que mantengamos nuestra sede, asesorándonos en muchos aspectos", agrega.
Y fue justamente el padre capuchino y holandés Wilfredo van den Berg quien les ayudó a trasladarse a la sede que actualmente ocupan.
En un principio, explica la presidenta, muchas de las socias dependían de esta residencia para quedarse en Osorno, pero a través de los años el panorama fue cambiando drásticamente debido a que la mayor parte de las integrantes de la asociación (que en su mayoría llegaba desde San Juan de la Costa), fueron formando sus propias familias, hasta convertirse la sede en un lugar de residencia casual y espaciado en el tiempo.
"Antes era lo más natural que una asesora del hogar realizara su labor. Una vez que se retiraba, traía a su hija para que comenzara desde jovencita en lo mismo, luego ésta a su hija y así sucesivamente. Actualmente hoy las personas jóvenes han dejado de lado este oficio porque existen otras oportunidades para ellos y así se lo inculcan los propios padres, que prefieren que estudien a tener que realizar las mismas labores que realizaron ellas. Por lo mismo el oficio va decayendo, aunque no creo que desaparezca".
Debido a la disminución temporal del número de socias, la casona actualmente sirve a fines más vinculados a la recreación.
Por lo mismo, cada jueves y domingo las socias se reúnen para realizar actividades y comentar las experiencias de sus trabajos.
"Antes era normal que después de la madre viniera la hija a trabajar y así sucesivamente. Ahora eso no pasa".
Catalina Solís, Pdta.. Anecap Osorno
1952 fue el año en que se fundó la Anecap en Chile y posteriormente monseñor Valdés apoyó la creación local de la agrupación.
40 Socias actualmente posee la Anecap en nuestra ciudad. El número ha bajado con el tiempo, aseguran.