Frente a la difícil situación que está enfrentando nuestra región, es importante analizar el escenario, sobre todo la realidad que se esconde tras la supuesta estabilidad y riqueza económica de la que se vanagloriaban algunos expertos a mediados del año pasado.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y el Desarrollo (FAO, por sus siglas en inglés) plantea que Chile está entre los 10 países pesqueros más importantes del mundo, siendo el segundo mayor productor de salmones, con un 60%, y por otra parte el 95% de los moluscos cultivados provienen de Los Lagos. Con este panorama nos imaginamos una región rica, con altos estándares de vida, pero no es así. Somos la segunda región con mayor índice de pobreza multidimensional, con un 21,9% en hogares (Casen 2013), además, el 31% de los pescadores artesanales se encuentra en situación de pobreza, y 11% en situación de extrema pobreza, y a esto le debemos sumar que el sector que cultiva pelillo concentra el mayor número de personas en situación de pobreza y extrema pobreza, con 53% y 30% respectivamente.
Por el trabajo que realiza Techo-Chile desde el territorio, tengo el honor de conocer a muchas de estas personas, y que lamentablemente forman parte de las más de dos mil familias que viven en los 41 campamentos de nuestra región, familias que a pesar de todo el esfuerzo que realizan han sido obligadas a vivir así, porque son parte de un sistema económico que privilegia la sobreexplotación de los recursos a un sector industrial que por años ha contribuido al empobrecimiento de los territorios, utilizando su poder económico para generar miedo hacia la inestabilidad del empleo (y no los mejores, sino empleos precarizados), incidiendo en la toma de decisiones que favorezcan a la industria por sobre otros sectores que hoy se manifiestan por demandas justas.
Creemos firmemente que el Gobierno debe mantener una mesa de diálogo con los pescadores y recolectores de la provincia de Osorno y la Región, buscar de forma conjunta soluciones concretas a largo plazo, acorde con la realidad que se vive en cada uno de los territorios afectados, dejando fuera la dura represión por parte de fuerzas especiales hacia las miles de personas que se manifiestan en su justo derecho, y respetando las decisiones que toman las bases del movimiento, y construyendo juntos una Región más justa.
Giovanna Moreira A.,
directora regional de Techo-Chile