A los 17 años la hermana riobuenina Andrea María Prieto (50) decidió ingresar a la congregación Hermanas de la Santa Cruz para dedicar su vida a Dios.
Pero desde niña, esta mujer consagrada al Señor y una vida religiosa, sentía una pasión futbolera que mantiene hasta ahora. Por lo mismo, a contar de los 22 años comenzó a practicar esta disciplina deportiva, que según comenta, la mantiene bien de ánimo y salud.
Tanto ha sido su entusiasmo y talento, que dejó de lado los prejuicios para combinar sus roles. Y es que ya se le hizo tradición vestir el hábito y sobre él la camiseta de su club.
En osorno
Hace casi una década la monjita futbolista trabaja en Osorno y se desempeña como docente del ramo de arte en la escuela particular Virgen de la Candelaria, que se ubica en Misión Rahue. Ahí, junto con trabajar con los niños en los talleres de plástica, también aprovecha sus ratos libres para distraer el cuerpo no solo jugando fútbol, sino también básquetbol y handbol.
"Siempre he jugado con los alumnos de los establecimientos donde he estado, pero también me gusta el básquetbol y últimamente handbol", comenta la hermana Andrea, quien es hincha de Colo Colo.
La hermana forma parte de la selección de su escuela en las tres disciplinas que disputan durante el año diferentes campeonatos con establecimientos de la misma congregación a la que pertenece y que se encuentran en comunas como Freire, Cunco, Laja y Osorno, entre otros.
"A la gente le parecía raro verme jugar en un comienzo. Yo partí como arquera porque nadie quería ese puesto, pero después ya fui jugando como defensa, pero siempre beibifútbol", recalca.
Cercanía
"La hermanita sabe un poco de fútbol", dicen sus alumnos respecto a la religiosa, a quien le gusta compartir con la comunidad en base al deporte.
Comenta que el 28 de este mes viajará con una delegación de la escuela rumbo a Freire (Región de La Araucanía) para participar en un campeonato de handbol, por lo que está muy entusiasmada con asistir.
"Me gusta practicar deporte, pero de todos el que más me gusta es el fútbol porque los otros los comencé después. Esperamos andar bien la próxima semana en este campeonato de handbol", agrega.
Camiseta y hábito
Dice que por su condición de religiosa no puede jugar con ropa deportiva, salvo con zapatillas, por lo que en los campeonatos a los que asiste se le ve haciendo sus "amagues", "fintas" y disparos al arco con la camiseta de su equipo puesta encima de su hábito.
"No puedo jugar con otro tipo de ropa. Pero no me complico, porque me pongo la camiseta encima y juego. Siempre uso la que tiene la número 3", agrega la futbolista.
Por su afición por las disciplinas deportivas, la hermana Andrea es muy querida dentro de su establecimiento escolar, pues gracias a ello ha generado una relación más cercana con los profesores, apoderados y los propios alumnos.
"Los niños y los apoderados me quieren harto y les gusta que yo participe en actividades deportivas, además ayudo a motivar a los niños para que practiquen deportes, porque los ayuda a llevar una vida sana", comenta.
La madre superiora, según relata la "monjita" futbolista, siempre le dice que se cuide de alguna lesión cuando participe de algún campeonato, pero afortunadamente no ha sufrido ninguna molestia.
"Sí me he caído varias veces, pero son golpes que no han sido dolorosos. Son sólo cosas del fútbol", explica.
Más allá de los resultados que consiga en los torneos, la religiosa comenta que lo importante es practicar deporte e inculcárselo sobre todo a los niños, lo que ella realiza a diario con sus alumnos.
"A la gente le parecía raro verme jugar en un comienzo. Partí como arquera, porque nadie quería ese puesto".
Andrea María Prieto, Religiosa