Crisis de los pescadores
Nueve días tardó el Gobierno entre la prohibición de extracción y la declaración de zona de catástrofe en la Región. Para aplacar el legítimo malestar de los pescadores de la zona se requieren medidas concretas que ayuden a paliar los efectos de la prohibición.
Una crisis de proporciones están viviendo los pescadores de la Región de Los Lagos luego de que el 20 de abril pasado el Ministerio de Salud prohibiera la extracción de mariscos en el litoral producto de la aparición de la marea roja, que es el término usado para describir los "fenómenos algales nocivos", caracterizados por un aumento excesivo de algas microscópicas que producen toxinas dañinas para el ser humano, y que en algunos casos puede llegar a ser fatal. Aunque en las jornadas anteriores a ese día ya se había restringido la extracción en determinados puntos de la Isla de Chiloé, la medida debió ser rápidamente ampliada por la expansión de la marea roja, afectando de este modo a los centenares de pescadores que laboran en los sectores costeros de San Juan de La Costa, Río Negro y Purranque, en la provincia de Osorno.
Sin desconocer que la prohibición de extracción de mariscos es una medida que se justifica plenamente por la obligación del Estado para cautelar la vida de las personas, el camino adoptado por las esferas gubernamentales ha carecido del necesario manejo social y político para enfrentar una crisis que a estas alturas ha aumentado en gravedad, tanto por la situación en que han quedado los trabajadores del mar, como por las consecuencias de las movilizaciones que se han extendido desde Chiloé hasta Osorno. A pesar de las señales inequívocas que estaban enviando los pescadores, recién nueve días después el Gobierno decretó la zona de catástrofe en la Región, con el supuesto fin de agilizar la ayuda social y económica que requieren las familias más afectadas.
Fueron, entonces, nueve días en que el malestar de los pescadores fue creciendo sin que desde el Poder Ejecutivo se enviaran señales de tranquilidad. Además, como el manto de la duda se cernió sobre todos los productos del mar, incluso respecto de aquellos que están libres de la marea roja, la baja en la demanda se redujo ostensiblemente. Baste para esto mirar los locales de las ferias Pedro Aguirre Cerda y Libre de Rahue en Osorno.
La situación en la Región de Los Lagos se está tornando crítica y se hace evidente que el Gobierno debe hacer mucho más de lo que ha hecho hasta ahora, que a todas luces sigue siendo insuficiente.