Sergio Silva
Para algunos resulta simpática y hasta pintoresca la presencia de los perros vagos que deambulan tanto al interior como en los andenes del Terminal de Buses de Osorno. Pero para otros se ha transformado en una preocupación latente, tanto por la seguridad de quienes transitan como de las personas que trabajan en el recinto. Por lo mismo, tanto usuarios como trabajadores del rodoviario exigen que se reduzca la presencia de estos ejemplares sin dueño, víctima de la tenencia irresponsable de los amos.
El problema se vuelve aún más complejo, ya que según cifras de la administración del lugar, a diario transitan 11 mil personas, las que deben lidiar con al menos 10 canes que prácticamente se tomaron los asientos y pasillos. De hecho, algunos ya son parte del paisaje, como es el caso de "La Negra" y "El Cola Cortada".
Para la administración del recinto, es un tema que involucra a toda la sociedad, desde pasajeros que alimentan a los perros y locatarios que se molestan cuando los guardias los sacan del recinto.
Usuarios
"Todos estos perros alguna vez tuvieron sus dueños. La pregunta que me hago es, ¿dónde queda la responsabilidad de ellos?. Son lindos los perros cuando son cachorros, pero crecen muy rápido y ya las familias por espacio o simplemente por necesidad optan por dejarlos en las calles", comentó Susana Rojas, usuaria del recinto, respecto a la presencia de los canes.
Ella, todas las mañanas viaja desde Río Bueno para trabajar en el centro. En el último tiempo, advierte, los animales han comenzado a marcar sus territorios.
"Hoy (miércoles) se pueden ver como cuatro, pero por calle Ramírez un día me dediqué a contarlos y sin mentir sobrepasaban los 20. Habían desde unos inofensivos hasta los bravos, que son los que se tiran a los vehículos", explicó la mujer que trabaja en un local de ropa del centro.
Trabajadores
Con doce años trabajando como vendedor de café en el terminal de buses, Sergio Cárdenas es un testigo fiel de la presencia de los perros, los que asegura frecuentan el lugar entre las 9 y 12 horas, para luego volver entrada la tarde-noche.
"En el último año hemos notado el aumento de los perros. Andan hasta diez y muchos turistas que vienen de visita se asustan al verlos, porque no saben cómo van a reaccionar. Hay otros que están acostumbrados a darle comida y eso está malo, ya que los perros se acostumbran y no se van del lugar. Lo que asusta muchas veces a los pasajeros son las peleas que se generan, algunas causadas cuando anda una perra en celo", sostuvo el trabajador.
Nicolás Montecinos trabaja diariamente en una de las confiterías y comenta que hay dos perros de color negro que son bravos y que en más de alguna ocasión le han causado problemas a las personas.
"Acá los guardias han intentado corretear a los perros tirándoles agua, pero hay personas que salen en su defensa sin importar que existen pasajeros que reclaman por su presencia. Es una preocupación para todos quienes trabajamos porque la gente se asusta al verlos y más cuando andan en grupo", expresó el comerciante, quien suma más de 38 años de trabajo en el recinto.
Desde la administración expresaron que han tenido bastantes problemas para sacar los perros desde el recinto.
"Los turistas han reclamado, pero cuando actuamos y queremos sacarlos hay quienes se oponen, incluso hemos tenido problemas con algunas personas que integran grupos animalistas que nos han amenazado hasta con demandas. Acá deambulan dos perros que son bravos y han generado peleas con otros animales. Queremos que la gente no los alimenten porque así ellos se acostumbran y vuelven", expresó el funcionario de la administración, Juan Soto.
Desde la Autoridad Sanitaria, Isabel Bertín -encargada del programa Zoonosis- señaló que dichos animales sin dueños pueden transmitir diversas enfermedades, lo que supone un riesgo para la salud.
"Muchos de estos animales defecan en cualquier parte y puede caer un niño el que al llevar las manos a la boca puede transportar huevos de parásitos. En cuanto a la sarna en perros, se transmite al humano cuando los canes son acariciados. Además, muchos de los animales ayudan con la proliferación de focos contaminantes", remarcó la experta en salud.
"Acá los guardias han intentado corretear a los perros tirándoles agua, pero hay personas que salen en su defensa".
Nicolás Montecinos, Comerciante
"Hemos notado su aumento. Andan hasta ocho a diez, y muchos turistas que vienen de visita se asustan al verlos".
Sergio Cárdenas, Vendedor de café