La Subsecretaría de Redes Asistenciales se enfrenta al gran desafío de poder cumplir su misión a cabalidad, cual es asegurar la atención de salud en todos los puntos de la red del sistema público, compuesta por más de 180 hospitales, además de centros de diagnóstico, CESFAMs, consultorios urbanos y rurales.

Esta misión, sin embargo, está en crisis. Primero, debido a la falta de especialistas, no tan sólo de médicos, sino que de profesionales de la salud de distinto nivel, como nutricionistas, tecnólogos médicos, enfermeras, matronas o terapeutas ocupacionales.

Lo cierto es que el sistema público de salud tiene en el modelo privado su más firme competidor en la captación de capital humano de calidad. ¿Existe alguna ventaja competitiva por la que un médico especialista quisiera ingresar al sistema público de salud?

La respuesta es sí, y está fundada en la posibilidad que ofrece el sector público en materia de investigación, casuística, densidad de las patologías y en la participación en la frontera del conocimiento. Un espacio de desarrollo profesional con el cual las clínicas difícilmente pueden competir con los hospitales públicos.

En segundo término, está la deuda hospitalaria del sistema público que se estima en $325 mil millones. Se ha instalado en la opinión pública que la deuda hospitalaria es producto de problemas de gestión, lo cual no es real. El punto es que el sistema de financiamiento ha sido a través del pago por servicio o de prestaciones paquetizadas de salud, todas la cuales han sido cotizadas por debajo de sus verdaderos costos. Al no poder incorporar Fonasa los reales precios de las prestaciones de salud, se ha ido generando una brecha económica en aumento exponencial.

Finalmente, un tercer factor es la presión por incorporar tecnología de punta existente en el sector privado, como equipos de imágenes o equipamiento para cirugías, con el fin de que los recintos hospitalarios también entreguen prestaciones del más alto nivel.

El tema no es fácil, pero el diagnóstico está hecho: Se requiere un aumento de presupuesto en salud. A sólo dos años de finalizar este período presidencial, la Subsecretaria de Redes Asistenciales, Gisela Alarcón, debe estar tomando importantes decisiones en esta materia, cuyos primeros frutos -lo más probable- se verán reflejados post 2018, como una política pública de largo plazo en beneficio de todos los chilenos usuarios de nuestro sistema público de salud.

Patricio Silva Rojas, decano de Facultad de

Ciencias de la Salud de la Universidad Central

Para varios de los clientes que han ido en la última quincena a los supermercados de Osorno ha sido una sorpresa (y en ciertos casos algo de molestia) encontrarse con que ahora reciben sólo tres bolsas de plástico para llevar las mercaderías a su casa. Los más informados han tenido el cuidado de llevar envoltorios reutilizables, mientras que los otros han tenido que comprar ese mismo tipo de bolsas en la tienda o bien han salido cargando voluminosas cajas de cartón, como se hacía antes, cuando los pedidos del mes se hacían en los viejos almacenes de tambor de aceite y grandes anaqueles de madera.

Este forzado cambio en los hábitos de consumo responde a la puesta en marcha del progresivo fin de las bolsas de plástico que acordaron los supermercados convocados por el municipio osornino, que con esto sigue la tendencia iniciada hace un par de años por Pucón, que decidió invitar al comercio local a erradicar este tipo de envoltorios para contribuir con el medio ambiente (por la lenta y difícil degradación del plástico) y, además, posicionarse con la imagen de una ciudad con sello verde, un atributo muy valorado para una comuna vinculada fuertemente al turismo. La planificación indica que ahora sólo se entregan tres bolsas de plástico en las grandes tiendas comerciales, y que durante el año de manera progresiva se irá reduciendo este número a dos y a uno, hasta que en noviembre definitivamente sean abandonadas.

Este tránsito hacia las bolsas reutilizables ha generado una nueva necesidad en la ciudad que ya está siendo aprovechada por unos cuantos emprendedores, muy previsores ellos, que han encontrado un interesante nicho en la elaboración y comercialización de envoltorios que permitan llevar las mercaderías del supermercado al hogar. En la medida que se vaya acercando la fecha fatal, es muy probable que la demanda por bolsas reutilizables vaya incrementándose, de modo que aún hay espacio para que los emprendedores satisfagan esta necesidad.

Es la puesta a tono de Osorno con la creciente conciencia de contribuir a un planeta sustentable, aunque sea a través de estas pequeñas acciones.