En el contexto país que estamos insertos actualmente, y que nos invita a re-pensar el rol que tenemos los jóvenes en nuestro país, trabajar en conjunto con un campamento o trabajar por alguna causa por decisión propia, sin esperar una retribución o un beneficio, es una labor que pone en jaque a una sociedad individualista, donde lo más importante es el éxito, llegar a la meta sin importar quién quedó a un costado del camino. Hoy más que nunca nos sentimos con la necesidad de transformar el país, generando cambios estructurales, desde nuestra convicción y movilizándonos por una causa clara. Es desde este escenario donde el rol de los jóvenes, de la sociedad civil organizada, y del voluntariado cobra aún más fuerza.
Durante marzo estuvimos en diferentes partes de Osorno y de la Región invitando a jóvenes a sumarse a la lucha por terminar con los campamentos, a través de la acción conjunta de voluntarios y pobladores de las comunidades. Vimos cómo desde la indignación que provoca saber que aún existen familias que viven sin acceso al agua potable, al alcantarillado, familias que sufren discriminación porque los tildan de "flojos" sin saber que la mediana de ingreso de un hogar que vive en campamento es inferior al sueldo mínimo trabajando 48 horas semanales, que son familias que como cualquier otra luchan diariamente por mejorar su calidad de vida y construir un mejor futuro para sus hijos, pero que a ellos les ha tocado el camino más difícil, no de forma fortuita, ni mucho menos por elección propia, sino porque existe un modelo de país que reproduce la pobreza y que mantiene una brutal desigualdad, afectando a personas concretas, un país donde los derechos dependen de nuestra capacidad de pago.
Desde esta indignación y rabia pasamos al compromiso y la acción, porque no queremos más familias viviendo en situación de pobreza, porque queremos hacer consciente a todos de la violencia social que esto significa. Tenemos que cambiar las dinámicas sociales que las provocan de forma urgente. Queremos que nuestra voz se escuche fuerte, con un mensaje claro, y es que no vamos a descansar hasta que se terminen los campamentos, nos comprometemos a hacer esto junto con las familias, desde el territorio y sumando a todos los actores necesarios, porque todos somos responsables de la transformación de nuestro país.
Giovanna Moreira Almonacid, directora regional de Techo-Chile