Pobladores extraen agua del río Rahue debido a la escasez hídrica
SAN PABLO. En el sector rural de Quilquilco, los habitantes deben abastecerse del cauce y vertientes debido a que los pozos están secos. El municipio les lleva agua potable una vez a la semana. En Trumao, algunos optaron por venir a Osorno a abastecerse del líquido donde familiares.
jocelyn.vargas@australosorno.cl
Lo que a cualquier familia de ciudad le podría parecer antihigiénico, para los Peters no es más que una práctica diaria que realizan hace 10 años: extraer agua del río Rahue, tanto para el consumo humano, como para realizar los quehaceres del hogar, como el aseo personal o la preparación de sus alimentos.
Para el matrimonio compuesto por Eriberto Peters y Maria Macaya, de 77 y 71 años respectivamente, esta es una práctica habitual en el sector rural de Cantiamo Bajo, ubicado aproximadamente a 40 kilómetros de la villa de San Pablo, comuna en la que viven hace 10 años.
Según el catastro realizado por Elías Huanquilen, durante los siete años como presidente del Consejo Mapuche de San Pablo, los Peter son el fiel reflejo de las 150 familias que se abastecen del vital elemento, el cual extraen de uno de los principales caudales de la provincia.
"A partir de la quincena de diciembre, familias completas acuden a las riberas del río y esteros aledaños, principalmente de los sectores más afectados por la crisis hídrica como Cantiamo, Quilquilco, Huacahuinquil, Lolohuel, Quilmahue, Chanco y Cofalmo", afirmó con seguridad el dirigente.
Río Rahue
Mediante una bomba que traslada el agua desde el río a su hogar, la familia Peters consume el líquido de un cauce que nace en la desembocadura del lago Rupanco, pasa por las localidad de Cancura, la ciudad de Osorno, luego por los sectores de San Pablo, hasta unirse con el río Bueno en San Juan de la Costa. Cabe recordar que sus dos principales afluencias son el río Damas y las aguas lluvias.
Sin embargo, para dicha familia y las 149 restantes, el hecho de extraer el agua del cauce no es para nada singular, puesto que según ellos el consumo no les ha generado ninguna enfermedad. Por ejemplo, Eriberto asegura que acude pocas veces en el año al Cesfam de San Pablo, considerando también la lejanía del sector y la poca movilización.
"Nosotros sacamos agua del río y la tomamos fresca y otras veces hervida. Hasta ahora no nos hemos enfermado. Además, pienso que como no nos hará nada porque la gente antigua antes lo hacía y eran personas sanas", argumentó Eriberto, para justificar su práctica, al que se han visto obligados por la escasez hídrica que prácticamente tiene secos los pozos.
En este sentido, Elías Huanquilén señala que la peligrosidad y situación de vulnerabilidad se centra en los ancianos, que corresponden a un alto porcentaje de población, además de los niños que se encuentran de vacaciones de verano. A ellos se suman las visitas que llegan en época estival, los cuales son más propensos a contraer enfermedades u otras afecciones.
"En estos momentos están todos de vacaciones en sus casas, por ello la demanda de consumo de agua es aún mayor. Además, para la familia de campo de escasos recursos es difícil clorar el agua y cambiar la concepción de que tomar el agua fresca del caudal es la mejor opción".
Por esta razón, como dirigente de la zona hizo un llamado a las autoridades gubernamentales para acelerar el proyecto de agua potable rural que estaba trabajando con la Municipalidad y la Subdere para sectores rurales. Para ello se realizó un diagnóstico a alrededor de 600 familias de la comuna de San Pablo.
Continuando por la ruta en el sector de Quilquilco, a unos dos kilómetros la familia Melillanca -que ha vivido por seis décadas en el sector- lleva sufriendo 15 años con el déficit hídrico. Aseguran que la temporada anterior tuvieron diversas pérdidas en la crianza de cerdos y en la producción de habas y arvejas.
Pese a ello Nicolás Melillanca de 67 años, quien además padece de cáncer a la próstata, continúa levantándose a las de 6 de la mañana para dirigirse con una yunta de bueyes y recipiente de todos los tamaños, hacia un estero proveniente del mismo río que pasa a un kilómetro y medio de su casa.
Ahí saca agua para el consumo de su familia y de los animales, que son cuatro vacunos y cerdos.
"Tengo un pozo noria de 50 metros, pero a principio de enero ya se seca y por eso tengo que ir a una vertiente a buscar agua. En cada viaje traslado 500 litros de agua que nos sirven para cocinar, lavar la ropa, bañarnos y para los animales. Algunos de mis animales pueden pasar hasta tres días sin aguas, en este caso los vacunos son más resistentes que los chanchos", detalló Nicolás, sobre lo que significa no contar con un sistema de agua potable.
La recolección de agua sólo él la puede realizar, ya que su esposa, María Elena Nullao de 57 años de edad es no vidente desde los 25 años por una diabetes. Él demora dos horas para transportar el agua a su hogar y luego se dedica completamente al cuidado de su esposa.
En el mismo sector, también consumen agua del estero Hugo Lemu de 66 años junto a sus cuatro hermanos, quienes son herederos del matrimonio fallecido y del problema de déficit hídrico.
Ellos también poseen una casa en Osorno, pero por elección familiar decidieron cuidar dicha propiedad y constantemente deben de viajar a la ciudad para trasladar agua hacia el campo, puesto que en aquel hogar el municipio no está realizando la entrega de agua por no pertenecer a una junta de vecinos o comunidad indígena del sector.
"El chorrillo que pasa por acá ya no nos da abasto, porque tenemos una pequeña huerta de papas y arvejas. Así que vamos a Osorno a buscar agua con bidones. Estamos con la misma rutina hace 10 años aproximadamente", expresó con resignación Hugo Lemu.
En otro sector, a 15 kilómetros de Osorno en el camino a Trumao vive Manuel Cáceres. asegura que la última década de sus 74 años, ha tenido que lidiar con la escasez hídrica.
Por ello, durante todo este tiempo ha trasladado el agua desde Osorno, de la cual se provee en casa de familiares.
"Todos los días viajo a Osorno y traslado 50 litros de agua que me sirven para todo en la casa. Por ejemplo yo me lavo las manos o la cabeza y el agua que queda las riego en las plantas y arbolitos que están creciendo. No desperdicio ninguna gota, por eso agradecería que me vinieran a dejar unos 1.000 litros que me durarían más de un mes", aseguró.
A lo anterior se suma el gasto económico que debe hacer para poder abastecerse de agua, ya que entre ida y vuelta a Osorno gasta diariamente 10 mil pesos, que para él significa una gran cantidad de dinero porque su ingreso es solamente un jubilación. Además posee gastos extras, como el tratamiento de su enfermedad cardíaca, por lo que según dice, ya no está en óptimas condiciones como antes.
"Nosotros sacamos agua del río y la tomamos fresca y otras veces hervida y no nos hemos enfermado hasta el momento. Además pienso que no nos haría nada".
Eriberto Peters, Vecino del sector de Cantiamo Bajo
"Para la familia de escasos recursos es difícil clorar el agua y cambiar la concepción de que tomar agua fresca del caudal es la mejor opción".
Elías Huanquilen, Dirigente de la comunidades indígenas de San Pablo
"Yo me lavo las manos y la cabeza, y el agua que queda la riego en las plantas y arbolitos que están creciendo".
Manuel Cáceres, Vecino del sector de Trumao
Jefa Regional de Acción Sanitaria
"El agua de un río no es potable "
A juicio de los profesionales de la Autoridad Sanitaria, es una muy mala práctica beber agua de un río, ya que no es potable, según afirmó Sofía Torres.
-¿Que piensa sobre la práctica de consumir agua de un río?
-Nosotros no podemos permitir que la gente consuma agua insegura. El agua de un río no es potable y puede generar un riesgo para la salud humana. Por ello tenemos que ir a terreno y ver la situación que afecta a las familias y conversar el tema con el municipio para encontrar una solución.
-¿A qué peligro se exponen?
-Las aguas de un río no son tratadas, por lo que se exponen a cualquier tipo de contaminación, como la fecal provocada por animales o por basura que pueda arrastrarse de un algún sector o de algunos residuos sanitarios químicos de otras ciudades y empresas aledañas. Por esta razón, la recomendación que nosotros realizamos a la gente es que no la utilicen para su consumo, pero sí para limpieza en el hogar u otras actividades que no tengan relación directa con la persona.
-¿Qué daños puede producir?
-Se puede encontrar por ejemplo la presencia de la Escherichia Coli, una bacteria que puede producir enfermedades en el sistema gastroinstestinal generando diarrea. La población más vulnerable a contraer algún tipo de afección son los menores de edad y tercera edad, que padecen de algún problema de salud que lo hace tener las defensas más bajas.
150 familias de distintos sectores de la comuna de San Pablo consumen agua del río Rahue, en la provincia de Osorno.
50 litros de agua diarios traslada Manuel Cáceres desde Osorno hacia su hogar ubicado en el kilómetro 15 camino a Trumao.
10 años vecinos de los sectores de San Pablo viven el déficit hídrico, por lo que no tiene más remedio que extraer agua del cauce y sus esteros.
Sofia Torres