El 23 de octubre de este año, nuevamente todos los chilenos tendremos la oportunidad de votar por nuestra máxima autoridad local y su respectivo cuerpo de concejales; siendo también la segunda elección municipal con voto voluntario.
Recordemos que en las votaciones del año 2012, la participación fue sólo de un 41%, una caída importante si comparamos que en la elecciones municipales de 2008 -con voto obligatorio-, la participación fue de un 58%. Veremos este año si el ciudadano sigue o agudiza su apatía de no ir a votar, o comienza ver en el nivel local posibles soluciones a sus problemas cotidianos, presentes en cualquier comuna de nuestro país.
Por lo tanto, nuestras futuras autoridades locales deberían preocuparse con qué estrategias, con qué mensajes, puede captar a aquellos ciudadanos que tienen el hábito, la tradición y cultura de participar en elecciones populares.
Una de las formas de captar al electorado local sería a través de soluciones a los problemas y dificultades que tiene el ciudadano, y que pueden ser resueltas a través de la gestión más cercana, la municipal. No es tarea fácil, ya que se debe conocer la sensibilidad del ciudadano en diversos ámbitos e intereses, presentes en su vida cotidiana, tales como el rescate y valorización de espacios públicos (parques urbanos, costaneras, barrios), desarrollo del ocio y la cultura (festivales, fiestas costumbristas, ferias, identidad territorial), planes de seguridad ciudadana, mejoramiento del transporte público, avances en conectividad y acceso de zonas rurales a servicios básicos (salud y educación), conservación y uso del medioambiente.
Es en este contexto donde los liderazgos de las autoridades locales (alcaldes y concejales) deben ser proactivos, visionarios y sobre todo lograr la empatía con la ciudadanía sobre cómo se logra -a través de la gestión municipal-, un mayor bienestar y calidad de vida en el nivel territorial más cercano de un ciudadano, la comuna.
Guillermo Díaz López, Doctor en Planificación
Territorial, investigador Ceder de ULagos