Casas patrimoniales
Más que sorpresa, es una lástima ver cómo el progreso está por sobre la identidad de una ciudad. El corte y eliminación parcial del único sector consolidado con Monumentos Históricos y con la categoría de Zona Típica, hace reflexionar sobre la normativa y forma de habitar la ciudad.
No es que algunos nos opongamos al progreso, sino a la forma cómo se llevan a cabo los avances, se resuelven las necesidades y se realiza la voluntad e interés de unos pocos, con obras sin mayor sentido que el abaratar costos y que podrían, con voluntad y convicción, haber tenido una mejor solución ante la presión por terminar un proyecto millonario. Ejemplo de ello lo es el nuevo puente San Pedro, que dejó bajo su sombra al único testimonio colonial de Osorno.
Recordemos que lo que se protege como patrimonio no sólo es una edificación, sino que también la forma de habitar una ciudad, testimonio de nuestros antepasados, tradiciones y parte de nuestra memoria.
Eduardo Carrasco Garrido, magíster en Historia y Patrimonio Cultural
Prioridades en la ciudad
Por medio de esta carta, queremos comentar e informar sobre las condiciones de los campamentos de nuestra ciudad versus la preocupación por seguir mejorando las calles de la misma. En primer lugar, la gente de los campamentos vive en mediaguas, de las cuales muchas no poseen piso. Además, la mayoría no tiene agua potable.
En nuestra opinión, la escala de prioridades está mal, ya que malgastan el dinero en cosas innecesarias, en vez de mejorar la calidad de vida de las personas que viven en una situación precaria.
Por último, los seres humanos que viven en estas circunstancias, tienen los mismos derechos de los demás, como tener un ambiente limpio y sano para vivir.
Sofía Razazi y Florencia Barría
Trato digno a ULagos
En concierto con ex dirigentes estudiantiles, compañeros, al igual que con las autoridades universitarias, me parece nefasto que desde el Gobierno se haya impulsado esta propuesta que, una vez más de manera improvisada, se presenta como alternativa de solución luego de la desesperada acción tomada por esa derecha que representa los intereses mercantiles de quienes gobiernan desde las sombras.
No es nueva la discusión acerca del concepto de educación gratuita y de calidad, incluso desde antes de la denominada "revolución pingüina" por allá en 2006, ya se discutía en las asambleas de nuestra Universidad de Los Lagos acerca de lo necesario que era que la educación dejara de verse desde una óptica de mercado.
La Universidad de Los Lagos, al igual que las otras dos que serían excluidas por esta "ley corta" bajo el criterio de acreditación que hoy impulsa el Gobierno, no ha sido más que la crónica de una muerte anunciada desde que el Estado se hizo el "leso" respecto a su responsabilidad social de proveer de educación superior de calidad a esta austral zona del país.
Desde el año '91 cuando se crea la ULagos y le asigna carácter de autónoma, el Estado se desentiende por completo de su responsabilidad basal de asegurar la estabilidad económica de esta institución, dejándola prácticamente a su suerte frente a la lógica mercantil imperante y que en el marco de la Ley LOCE se amparó.
Ya en 2008 se discutía en Confech acerca de la necesidad de un nuevo trato para las universidades del Estado, sobre todo para las de regiones que estaban en desmedro desde el punto de vista de los recursos, y que debieron en su momento recurrir al mecanismo de sedes regionales para compensar la falta de apoyo económico que se tenía por parte del Estado, aportes que se endosaban a través del AFD y AFI (este último vinculado a los puntajes de los estudiantes).
En ese sentido, hay que considerar que el mayor porcentaje de estudiantes de la ULA proviene de liceos públicos y subvencionados, además de pertenecer a estratos socioeconómicos bajos, factor asociado directamente con que los puntajes de ingreso no son el grueso de los 27.500 mejores puntajes que exige el AFI para otorgar los recursos. Según Decreto 000103 del 19 de marzo del año en curso, la ULA aparece "colista" en la captación de recursos por esta vía.
No es menor entonces la urgencia de un apoyo económico por parte del Estado hacia sus instituciones regionales como ULagos, entidad que fue capaz de levantarse de una pésima administración donde en 2008 su deuda externa bordeaba los $12 mil millones, y que luego de incertidumbres que obligaron a hacer ajustes que significaron despidos y desajustes en procesos académicos, ha logrado retomar el prestigio que merece.
Tengo fe en que los parlamentarios de las regiones donde se emplazan las universidades públicas afectadas, realizarán la más férrea defensa por asegurar el derecho a la educación de cientos de jóvenes, y que cualquier propuesta legislativa, dé garantías explícitas a las familias que hoy están siendo afectadas de que su derecho a la educación no será condicionado por su bolsillo.
Jorge Muñoz Gajardo, ex presidente Feul Osorno (2008-09)