Mirando hacia un fin de año marcado, entre otros, por la "incertidumbre", la "desaceleración", las "bajas expectativas", la "disminución porcentual", etc., que han sido la tónica del campo de la economía nacional actual, no debemos dejar de poner los sentidos en el futuro.
A pesar de que la inversión en infraestructura durante este año, así como se vislumbra para el 2016, fue de un menor gasto público al esperado, no podemos abandonar la tarea de avizorar con fuerza y decisión las obras emblemáticas que puedan sostener la prosperidad regional. El progreso y avance en las expectativas de aumento en la calidad de vida se funden sí o sí en la generación de obras emblemáticas.
Los ejes oriente-poniente, en contraste con la longitudinalidad de nuestro territorio nacional, "corredores transversales" tal vez, son las instancias de desarrollo regional a lo largo de nuestro país que deben ser explotadas. A nivel local, mientras "sufrimos" las obras de Avenida Mackenna con probable postergación de entrega por el conflicto con Monumentos Nacionales y el trazado que corresponde por el costado sur de las casas patrimoniales, vemos, desde una perspectiva de la obra terminada, "a vuelo de pájaro", una continuidad en la relación Avenida República - Avenida Mackenna, cuya extensión es una ruta al mar y una ruta internacional: el corredor bioceánico.
El cruce de una ruta nacional (Ruta 5) que une el país con una ruta internacional (Ruta 215) tiene, en este lugar, la particularidad de una ciudad construida con historia y proyecciones. Está pendiente la "construcción de la esquina" demandada por el arquitecto Andrés Angulo y que amerita un concurso nacional o internacional de ideas de arquitectura. Debemos dar cuenta de esta única y particular situación en Chile. No hay otra igual. Una ciudad construida en el cruce de dos arterias fundamentales de trascendencia sudamericana.
La Ruta 215, por tanto, se levanta como una obra estratégica en la búsqueda de consolidar una imagen local, pero con un compromiso más allá, incluso, de lo nacional.
Esta ciudad -Osorno- es la única, excepto Calama, que no es capital regional y que posee un aeropuerto con uso periódico, con obras en ejecución y en proyección para consolidar y validar su condición expectante de importante punto de llegada y partida. Valga una especial mención a su ubicación, a un par de kilómetros de "la esquina". La idea de la doble vía Ruta 215, entonces, se valida bajo esta mirada sudamericana, que debemos considerar. Este hecho particular forma parte de nuestro patrimonio. Es nuestra tarea presente trabajar por preservarla y potenciarla.
Ronald Scheel Bass,
presidente de la CChC Osorno