Consejo de observadores
Ya lo planteó de una manera exquisita Antonio Machado hace más de una centuria: "caminante no hay camino, se hace camino al andar…". Desde que este país vio la luz como una nación independiente, nunca ha recorrido ninguna senda que lo lleve a la creación colectiva, de forma genuinamente democrática y participativa de una Constitución Política. Es un camino virgen que no hemos sido capaces de desflorar.
Se sabía que este proceso no sería simple ni sencillo. Por eso resulta curioso que una vez más este Gobierno, audaz en sus deseos, aplique una de sus máximas aparentemente preferidas: "para qué intentar hacerlo fácil si lo podemos complejizar de manera natural".
Esa es la sensación que queda al escuchar las explicaciones, fundamentos y composición del recientemente creado Consejo Ciudadano de Observadores, cuya labor de supervisión del proceso constituyente próximo a iniciarse, es un arcano digno de los secretos metafísicos de una tabla ouija o una baraja del tarot.
¿Cómo pretendían que 15 integrantes de buenas intenciones, elegidos a dedo, asegurarían la representatividad de las sensibilidades variopintas de un pueblo altamente heterogéneo y patológicamente incrédulo de toda iniciativa proveniente de líderes políticos desacreditados a más no poder que habitan en instituciones que funcionan en base a inercias burocráticas más que a criterios racionales, realistas y procesos conectados con la realidad del país?
Si el objetivo era generar confianza de un proceso que recorrerá un camino lento, difícil, tortuoso, desconocido y lleno de palos en la ruta, el noble grupo recientemente creado no es ni será suficiente para calmar esa sensación de malestar pegajoso que sienten los desplazados de siempre.
Para ello no se necesitan supervisores ciudadanos. Se necesita creatividad, empatía, alegría y perseverancia. Sólo así nos encantaremos unos a otros y se nos hará más llevadero el camino.
Marcelo Saavedra Pérez
Futuro de Siria
Las alternativas del futuro político de Siria y su viabilidad como Estado, también complican la solución política y estratégica de la cruenta guerra civil de más de cuatro años, agravada por la irrupción violenta del ISIS.
Para Rusia e Irán ninguna iniciativa puede significar el término abrupto del gobierno de Bashar al- Asad, en tanto que para algunas potencias occidentales como Alemania, esta es una condición sine qua non para intervenir en el conflicto.
El incidente aéreo en que la Fuerza Aérea turca derribó un Su-24 ruso sobre territorio sirio también da cuenta de un teatro de operaciones tan complejo que no puede contener fuerzas aliadas operando sin una coordinación y una planificación central. Tal tarea solo podría ser abordada por la OTAN, lo que llevaría a esta alianza a ser determinante en el futuro de Siria en desmedro del rol que Putin quiere jugar en una coalición contra el Estado Islámico.
Francisco Sánchez
El árbol
Cómo arrancan un pulmón descontaminante, pues un arbolito aporta oxígeno y limpia el aire, vital para respirar y mantener la vida.
En Osorno sin piedad y en nombre de un progreso particular no racional ni amigable con el medio, en lugar de protegerlo y hacer que la beldad de este sea un atractivo y un respiro, le cortan, cercenado, desde su principado de aire, el arbolito cae indefenso. Miguel Hernández, poeta español, escribió sobre "la carne talada" y el chileno D'Halmar refirió de quien llamaba "Mi hermano el árbol". Ni tan sólo le tomaron de raíz para trasplantarlo, sino que cortaron sus alas-brazos sin piedad.
En Suecia airean las raíces de los árboles para darle más fuerza y alimentarlos con vitaminas, jamás los arrancan, aunque ello requiera sacar el cemento y reponerlo posteriormente. Los árboles son diamantes preciosos que encienden la naturaleza y Suecia es una embajadora de esta.
El árbol, cuyo deceso brutal lamentamos, estuvo 33 años plantado por un obrero y por la señora Nori Agoni en el pasaje Subiabre, en pleno centro de la ciudad. Ver el modo en que el silente y pacífico hermano era derribado nos dolió como un espíritu. Giovanna de inmediato escribió una canción: "El espectro de un árbol llora. Aún se escucha en la búsqueda alada la sombra anidando en el viento. Con dedos mimosos, ráfagas de luz coloreada van abriendo el telón del viento, pasando tibio entre los dedos de sombra. Su rostro caído en esplendor se anima, entonces, a cantarle a las aves los verdes que no ha olvidado. El tiempo que no se desploma, para mecerlas en piar, en un sí existente hermano que nos parece arrullar con su fronda de amor".
La Secretaría del Medio Ambiente de la Región realiza campañas amorosas y actos como éste son nefandos y acaso la incultura haya dañado al aire que todos merecemos respirar y en cuyo ciclo la floresta es indeclinable.
Familia Otero Agoni