De mantenerse el ritmo ascendente de personas que atraviesan entre Chile y Argentina por el Paso Internacional Cardenal Antonio Samoré, en la provincia de Osorno, en los próximos días ya debería llegarse a la histórica marca de un millón de usuarios, fiel muestra del sostenido desarrollo que ha experimentado este corredor fronterizo y que lo ha instalado como el segundo más importante del país en su tipo, después del de Los Libertadores, ubicado en la Región de Valparaíso. Las cifras registradas por los encargados del Paso Samoré son decidoras del hito que se cumplirá durante este mes: hasta noviembre ya se habían realizado 947.989 cruces, y si se considera que sólo en diciembre del año pasado 113.776 personas atravesaron entre un país y otro por la provincia, es evidente que el millón de personas está a la vuelta de la esquina, aunque sólo se conocerá el reporte final a comienzos de 2016.
Este paso ha llegado a este sitial tanto por la comodidad vial que ofrece, con una Ruta 215 del lado chileno que ofrece convenientes estándares de seguridad, como por su baja altura, lo que prácticamente permite que permanezca abierto durante todo el año, a diferencia de lo que ocurre con Los Libertadores y los otros pasos emplazados en las regiones vecinas. Y si a esta condición se le suma la esperada materialización del proyecto de doble vía por el lado chileno, una vez que se llegue a un punto de acuerdo entre el Ministerio de Obras Públicas y la comunidad de Entre Lagos, el Paso Samoré podrá dar un salto exponencial en sus posibilidades de desarrollo, mejorando los tiempos de viaje y facilitando una mayor cantidad de usuarios entre uno y otro lado, lo que sin duda beneficiará a las comunas de Puyehue y Osorno por el incremento de servicios de parte de los visitantes.
Este paso fronterizo está próximo a llegar a un récord que representa su crecimiento constante, cercano al 17% anual. Tanto las condiciones que en él mismo se ofrecen como en las vías para llegar al destino debieran ser materia preponderante de las autoridades, el comercio y el turismo local, que tiene ahí a una efectiva palanca de desarrollo que todavía tiene mucho por dar a Osorno.
Para un país con futuro
En la Copa América de este año, uno de los hechos noticiosos que los corresponsales extranjeros transmitieron a sus países fue la inauguración en el Estadio Nacional del sector de gradas de madera que en su parte superior lleva la frase: "Un pueblo sin memoria es un país sin futuro".
En el cierre de la Teletón hace unos días, en el mismo Estadio Nacional, mientras las imágenes de la televisión mostraban el espectáculo, de fondo podía verse este lema, el cual nos hará recordar siempre que nuestro principal coliseo deportivo nacional fue utilizado por la dictadura militar como campo de concentración, en donde estuvieron alrededor de 20 mil compatriotas, entre septiembre y noviembre del año 1973.
Las violaciones a los derechos humanos en esa época ocurrieron también en Osorno como en todo el país, y al igual que en el Estadio Nacional, en nuestra zona existen lugares en los que la tortura, la muerte y la desaparición forzada ocurrieron, los que es necesario identificar y conservar para el rescate de la memoria histórica y para que nunca más vuelvan a ocurrir.
Este jueves 10 de diciembre, a partir de las 19 horas, se realizará en el Salón de Actos del Mercado Municipal de nuestra ciudad la conmemoración del Día de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, oportunidad en la cual se premiará a personas e instituciones osorninas que han sido relevantes en la defensa de los derechos humanos a nivel local y provincial.
Esta actividad es organizada por la Corporación Pilmaiquen, institución osornina destinada a la defensa, promoción y difusión de los derechos humanos en su más amplia concepción; vale decir, tanto los derechos civiles y políticos como los de carácter económicos, sociales y culturales, incluyendo los medioambientales, históricos e indígenas, entre muchos otros. Lo ocurrido en Francia hace algunas semanas nos recuerda lo importante y vigente que es este tema a nivel global, como lo es también a nivel local.
Los derechos humanos no pertenecen a un grupo social o político determinado, por el contrario, son universales y se sustentan en la idea de que todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos.
Jaime Sotomayor Neculman,
abogado osornino