Dueños acusan presión para dejar sus casas expropiadas en agosto
PROBLEMA. Los propietarios de las viviendas ubicadas en avenida Mackenna no han tenido el tiempo suficiente para desalojar las propiedades, buscar un nuevo hogar y liquidar sus negocios. La mayoría ha vivido en el sector por más de 50 años. Serviu y municipio aseguran que los inmuebles serán derribados desde el lunes 21 de septiembre.
veronica.salgado@australosorno.cl
Un complejo momento vive un grupo de trece propietarios de avenida Mackenna, cuyas casas fueron expropiadas en agosto y serán derribadas para continuar con la remodelación de la vía que pasará justamente por donde los inmuebles permanecieron emplazados por más de 50 años.
Las viviendas expropiadas se encuentran ubicadas en avenida Mackenna, entre la calle Lynch y avenida César Ercilla (incluida una antigua casa ubicada en calle Julio Buschmann) donde se encuentran locales como La Porteña, la botillería El Tigre, la ferretería El Timón, entre otros.
En el Servicio de Vivienda y Urbanismo (Serviu), entidad mandante de la obra y encargada de realizar las expropiaciones en conjunto con el municipio local, informaron que las casas deben estar desocupadas completamente el próximo 21 de septiembre.
Esta situación ha provocado que los afectados deban comenzar a desarmar sus hogares donde vieron crecer a sus hijos, nacer sus nietos e invertir tiempo y dinero en mantener las edificaciones.
Muchos de ellos mantuvieron locales comerciales durante décadas que hoy están siendo liquidados y preparados para cerrar sus puertas de forma definitiva.
Ante este escenario acusan presión de las autoridades para dejar sus viviendas en un plazo no superior a un mes desde que se concretó la negociación legal efectuada durante agosto.
Según explicaron, en todo el proceso se han sentido pasados a llevar, ya que no se ha respetado la historia asociada a sus propiedades, el aporte comercial que han realizado al barrio durante décadas y mucho menos la dificultad que significa encontrar un nuevo lugar donde vivir o rearmar sus negocios comerciales.
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Uno de los afectados es Pacífico Uarac, dueño de la botillería El Tigre, la cual ha funcionado en la misma casa por más de 58 años. El comerciante relató que las negociaciones recién se concretaron durante agosto, lo que hace imposible que exista un desalojo antes de octubre.
Uarac lamentó la forma en que se han realizado todos los procesos asociados al proyecto de remodelación de la vía, donde las personas que viven o tienen actividades comerciales en su entorno no han sido informados correctamente de los plazos de inicio de obras, de expropiaciones, etcétera.
"Lamentablemente los adelantos destruyen el patrimonio de la ciudad y los plazos que se han manejado son injustos, porque en tan poco tiempo es imposible desalojar una vivienda donde hemos estado durante más de 50 años", explicó Uarac.
Señaló que efectivamente desde que comenzaron los trabajos de remodelación en marzo de 2014 estaba la certeza de que ocurriría la expropiación, pero eso nunca significó que la gente debiera suspender su vida esperando alguna información concreta sobre montos, fechas, cantidad de metros involucrados, entre otros datos.
De hecho, explicó que en un principio la fecha de entrega de las viviendas estaba fijada para el jueves 3 de septiembre, pero se entregó un documento de solicitud a las autoridades para prolongar el plazo en al menos un mes. Con esta acción se logró que las autoridades notificaran que el plazo final era el 21 de septiembre.
"Ese plazo es muy perjudicial, porque los comerciantes que hemos perdido mucho durante meses podemos repuntar justamente para Fiestas Patrias. Además, no pensaron en la celebración familiar de la gente. Yo definitivamente no puedo dejar mi inmueble antes de octubre", aseveró.
Su mirada también apunta a la nostalgia que significa desamar una casa que sus padres compraron hace 58 años, donde vivió y creció gran parte de su familia. Relató que la casona de dos pisos y medio construidas en maderas nobles como Lingue, Alerce y Pellín en la década de los cincuenta, albergaba antes una tienda llamada Luna Nueva.
Al recorrer el interior de la casa es posible ver las escaleras construidas en madera que no dan cuenta del paso de los años. En los altos techos se ven lámparas de cristal tipo gota e incluso algún antiguo mueble que revela la vida familiar que alguna vez tuvo el inmueble.
Una situación similar vive la familia Hayal-Anuch, quienes son dueños del inmueble donde funciona la tienda La Porteña, lugar donde además han desarrollado toda su vida familiar desde hace más de 50 años.
Rita Hayal relató que el proceso ha estado marcado por la desinformación y la falta de gentileza y empatía en la forma de tratar a las personas afectas a la expropiación.
"Mi marido está complicado de salud y no puedo trasladarlo a una casa donde están trabajando aún en arreglos y no cuenta con las condiciones mínimas, por eso no podré salir antes de octubre y espero tengan esa consideración", dijo la mujer.
Señaló que su afán no es oponerse al progreso, al contrario, era necesario modernizar la avenida y quizás el sector, pero faltó considerar que existen muchas construcciones que son un aporte a la historia de la ciudad.
La mujer llegó a la casa en la década del '60, comenzando a desarrollar su vida familiar en los largos pasillos del inmueble.
Ahí nació el emprendimiento familiar La Porteña, tienda dedicada a la venta de géneros, artículos de casa, ropa femenina, para bebés, entre muchas otras cosas que funciona hasta la actualidad.
Por lo mismo, en el patio de la casa se puede apreciar una gran cantidad de árboles, juegos infantiles y un parrón donde la familia pasaba las calurosas tardes de verano. Actualmente de eso sólo quedan recuerdos gráficos y en sus pasillos cajas que guardan la historia desarrollada en la vivienda que en los próximos días será demolida.
"Son sentimientos encontrados, me da profunda nostalgia ver mis recuerdos y el esfuerzo de nuestras vidas destruido por una simple máquina en fracción de segundos. Pero también es el inicio de una vida que probablemente será más tranquila", dijo la mujer.
Cambio sin derecho
Nadaly Vera es dueña de la ferretería El Timón, que ha funcionó por más de cuatro años en la casa que arrendaba en av. Mackenna casi llegado a Pedro Aguirre Cerda. La casa fue expropiada a sus dueños, quienes la notificaron en agosto que debía dejar el lugar a la brevedad posible.
"Nosotros como arrendatarios estamos totalmente excluidos, pero tenemos que enfrentar el problema con muchos costos asociados. Buscar un local, cambiarnos, habilitarlo, entre otras cosas. Son gastos no contemplados y contra el tiempo", explicó la mujer.
La misma situación vive Hilda Gunckel, quien durante siete años arrendó la casa ubicada en la esquina de Mackenna con Pedro Aguirre Cerda para atender su local de venta de alimentos para mascotas y animales de granja menores.
"Somos afectados sin derecho a reclamar, nos cambiamos en las noches y ahora estamos tratando de acomodar el nuevo local. La realidad es que este proyecto ha trastocado la vida y realidad de muchas familias y a nadie le importa", manifestó.
Todo arreglado
Otra vivienda afectada es la casa Aubel, ubicada en calle Julio Buschmann, donde se iniciará la nueva avenida una vez concluidos los trabajos que realiza la empresa Cosal.
La casona de madera con un amplio corredor en el frontis fue construida por Tilo Aubel a fines del siglo XIX cuando esa zona era campo; de hecho, era una de las primeras casas emplazadas en la entrada a la ciudad, por lo cual es de gran relevancia desde el punto de vista histórico y patrimonial.
El director regional del Serviu, Iván Leonhardt, señaló que todo el aspecto legal está concluido, los cheques están emitidos y efectivamente existió una petición de los vecinos para entregar las casas pasadas las Fiestas Patrias, solicitud que fue acogida y el plazo final se fijó para el 21 de septiembre.
"Tenemos que intervenir lo antes posible y las familias ya están informadas. Si las personas no están conformes con los valores tienen los tribunales, porque las expropiaciones asociadas a obras viales y el bien mayor de todos los osorninos están garantizados en la constitución", dijo el director.
En una reunión efectuada el viernes 4 de septiembre entre la empresa Cosal, el Serviu y el municipio se acordó que los trabajos deben comenzar impostergablemente el 21 de septiembre. Además, se precisó que de no estar las casas desocupadas por quienes fueron sus dueños, no se descarta el uso de la fuerza pública para realizar el desalojo definitivo del antiguo barrio.
Datos
Casas patrimoniales ubicadas en av. Mackenna entre Freire y Cochrane están protegidas por el Consejo de Monumentos Nacionales.
10 semáforos serán instalados en el nuevo brazo para regularizar y controlar el tránsito el sector.
"Lamentablemente los adelantos destruyen el patrimonio y los plazos que se han manejado son injustos".
Pacífico Uarac, Comerciante afectado
"Tenemos que intervenir lo antes posible y las familias ya están informadas".
Iván Leonhardt, Director regional del Serviu
$17 mil millones es el costo de inversión total del proyecto de remodelación de avenida Mackenna, el cual está siendo ejecutado por la empresa Cosal y supervisado por el Serviu.
21 de septiembre se inicia el proceso de demolición en el tramo de avenida Mackenna, desde la botillería El Tigre hacia Julio Buschmann, inmuebles que serán demolidos.
2016 será la entrega final de los trabajos de remodelación y ampliación de la avenida Juan Mackenna al municipio local. La iniciativa comenzó a desarrollarse en marzo de 2014.
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