A las 13 horas de este sábado se realizará la ceremonia oficial de conmemoración de los 50 años de la tragedia de la nave de la Armada Janequeo, la que el 15 de agosto de 1965 naufragó en las costas de la localidad de San Pedro, en la comuna de Purranque, con un trágico saldo de 52 víctimas fatales. Esta cifra convierte al episodio en la mayor tragedia de la Armada chilena en tiempos de paz y se desató cuando la escampavía cumplía maniobras de auxilio del patrullero Leucotón, el cual había vargado en la caleta Lliuco.
En la actividad recordatoria participarán autoridades de la Armada, el municipio de Purranque y representantes de las comunidades del sector, oportunidad en que se instalará un monolito a escasos metros de donde se registró el fatídico episodio.
La historia
La tragedia se desató en circunstancias que el patrullero Leucotón realizaba labores de fondeo en la bahía debido a un violento temporal de viento y lluvia que afectaba a la zona, éste sufrió un desperfecto en sus máquinas y luego recibió el impacto de una enorme ola que lo desplazó cerca de 250 metros hacia la costa, lo que lo dejó varado finalmente en la arena de Manquemapu.
En su ayuda llegó la Janequeo, nave que cumplía maniobras de auxilio al Leucotón cuando naufragó al cortarse el cable de remolque que utilizaba para intentar el regreso al mar de Leucotón. Luego, éste se enredó en su hélice quedando a la deriva hasta su trágico final.
A bordo, su comandante Marcelo Leniz dirigía con serenidad y coraje el infausto destino, observando cómo su buque era arrastrado hacia las rocas hasta estrellarse una y otra vez. Su única esperanza ante el conmovedor desenlace era salvar parte de su tripulación. De esa forma, la indefensa embarcación comenzó a golpearse con furia sobre los arrecifes y se despedazaba lenta y sostenidamente.
Cerca de las 9.30 del 15 de agosto de 1965 se quebró el palo mayor, que cayó de manera estruendosa y el casco se partió a causa de una de las piedras denominadas "agujas", que penetraron el puente de mando, mataron al marinero Rigoberto Mena e hirieron de muerte al capitán de fragata Claudio Hemmerdinger, que era el jefe de la partida de salvataje de la Janequeo.
En otro momento, el capitán Leniz -quien jamás abandonó su puesto de mando- en un gesto que honra su memoria, cedió su salvavidas a un marinero para luego caer aturdido por otro golpe sobre la cubierta.
Según escribió en un artículo el suboficial (r) de la Armada Manuel Chamorro Moreno, "el desastre elevó asimismo a la categoría de héroes en tiempo de paz al cabo de Máquinas Leopoldo Odger Flores y al marinero Mario Fuentealba Recabarren, quienes perecieron valerosamente en la acción, al rescatar a varios de sus compañeros desde las tormentosas aguas". Ambos se habían logrado salvar, sin embargo, acudieron en socorro de sus camaradas.
El marinero Fuentealba, en tanto, salvó a tres de sus compañeros y enseguida murió. Él ya contaba con la "Medalla al Valor" cuando pertenecía al remolcador de alta mar "Huemul" y salvó a tres integrantes de la Armada durante otro naufragio. El mar se lo llevó para siempre a los 21 años de edad en la costa purranquina.
Toda la tripulación de la Janequeo, como del Leucotón que presenció la debacle, conformaron un cuadro de honor que según opiniones recogidas entre los actuales integrantes de la Armada "permanecerá para siempre".
A las 9.50 horas se quebró el palo mayor de la Janequeo, que cayó con estruendo sobre cubierta y mató a varios marineros.
Perdieron la vida el comandante de la Janequeo Claudio Hemmerdinger, el capitán Léniz, el subteniente Félix Nieto Prats, más 44 hombres de su dotación.
13 horas
de este sábado se realizará un acto cívico donde se instalará un monolito recordatorio de la tragedia.
21 años
tenía el marinero Mario Fuentealba Recabarren, uno de los máximos íconos de lo ocurrido.