El Día del Padre tiene su origen a principios del siglo pasado, cuando Sonora Smart, hija del viudo veterano de guerra Henry Jackson Smart, propuso celebrar en el día del nacimiento de Jackson, el 19 de junio, a todos los papás. Él crió solo a sus seis hijos y ella consideró que era un gran ejemplo. Poco más de un siglo después, el escenario es diferente. En medio de una sociedad que nos pide redefinir nuestra manera de ser hombres, como un efecto colateral nos hemos visto ante la posibilidad de inventarnos como padres. Hoy cada uno tiene la oportunidad de cambiar su identidad personal si acepta su paternidad y la toma con sus manos, la ama, protege y apapacha. Es como pasar de dar identidad civil (apellido) a dejarse dar identidad por los hijos.
Hoy estamos invitados a hacernos más presentes en la vida de nuestros hijos, en calidad y cantidad, porque podemos ir a todas y estar ausentes. Pasar de la galería de la crianza al escenario del encuentro cotidiano: cambiar pañales, asistir a reuniones, jugar fútbol, bailar, cantar, ver programas infantiles, llevarlos al médico, acompañarles e irles a buscar a sus cumpleaños o fiestas, aprender a peinar, a combinar colores, a conversar de lo que no sabemos, respetar sus espacios, recogerlos cuando les rompan el corazón, a defenderles, a saber ponerse en segundo plano… El desafío es disfrutar juntos para luego gozar de recuerdos y anécdotas.
La invitación también es a pasar del imponer normas y respeto al procurar consensos y diálogos. Los tiempos de hoy son una oportunidad para criar en la lógica del respeto hacia hijos e hijas, quienes son sujetos de derecho, no beneficiarios ni menos aún una propiedad. Además, cada día están más conectados al mundo global, ellos nos adelantan en el uso de la tecnología. Nuestro aporte está, entonces, en ser la posibilidad del diálogo, de la mirada histórica, de la opinión que tiene pasado en su vivencia. Estamos invitados a cultivar la sabiduría en este diálogo y convertirnos en andamios fieles para la construcción de sus sueños.
Por último, ser papá hoy, más que dar sustento económico, es nutrirlos de pasión por la vida ¿Cómo? con amor y respeto por su madre, con misericordia por los que sufren, con decisión para enfrentar dificultades, con alegría por la vida, valor para vivir el dolor y el sufrimiento, deseos de superación, cariño por lo que hacen, con ternura para acariciar a otros, con emoción cuando te tocan el corazón, con fidelidad de que estás para ellos, con amarles y, en eso, la creatividad da para mucho.
Ronald Güímenez