Las intensas lluvias registradas en las últimas horas -que sólo entre el lunes y miércoles recién pasados casi llegaron a los 50 milímetros- han generado una serie de inconvenientes en la ciudad, lo que ha incluido inundación de viviendas, anegamiento de calles, cortes de suministro eléctrico e incluso problemas de suministro de agua potable para las viviendas.
A primera vista, se puede pensar que este tipo de episodios es algo inusual o poco habitual en el periodo de otoño. Sin embargo, la revisión de lo ocurrido en los últimos años y particularmente en 2014, da cuenta de que es necesario que se asuman nuevas fórmulas preventivas de este tipo de sucesos, tanto en el sector público como privado.
Se debe recordar que entre el domingo 1 y el lunes 2 de junio del año pasado, se registraron 85,3 milímetros de agua caída, situación que derivó en el desborde de ríos en Osorno y Río Negro, lo que afectó a más de 250 familias.
Así como el año anterior, por estos días quedan de manifiesto problemas que se hacen recurrentes, por lo que requieren una atención prioritaria. En esa línea, los expertos diferencian entre las consecuencias de inundaciones fluviales y aquellas que tienen que ver con el manejo de las aguas lluvia. Dos temas que se manifiestan con mucha claridad en la capital provincial, donde por ejemplo se observa a poblaciones expuestas peligrosamente a las crecidas del río Rahue.
Frente a este tipo de episodios, cabe consignar que expertos como el doctor en bioclimatología, Fernando Santibáñez, ya han planteado en varias ocasiones que lo que espera para el futuro próximo es la existencia de eventos lluviosos más intensos y extremos, de gran intensidad y corta duración. Y precisamente es aquello lo que se ha observado en la zona, tanto este mes, como en el inicio de 2014, luego de un periodo de fuerte déficit hídrico y una sequía que golpeó particularmente a la zona sur del país. Frente a este escenario no cabe duda que la preparación para enfrentar estos riesgos climáticos y la vulnerabilidad de la población debe ser mucho mayor y requiere compromiso de todos los entes involucrados, así como de la propia ciudadanía afectada.