El ministro de Energía, Máximo Pacheco, anunció la semana recién pasada en Osorno que el próximo año se ingresará al Congreso un proyecto de ley que busca otorgar reconocimiento a la leña como combustible sólido, de tal forma que la Superintendencia de Electricidad y Combustibles posea facultades fiscalizadoras sobre su producción, comercialización y uso.

Se trata de una medida que de acuerdo al secretario de Estado regulará una fuente que representa aproximadamente el 20% de la matriz energética primaria del país, por lo cual se apunta al desarrollo de medidas que apunten a factores como la verificación del origen y secado de la madera; apoyo a los productores; recambio de artefactos en los hogares; y educación para cambiar conductas sobre el uso de la madera.

"No hablamos de un proyecto a futuro, estamos trabajando en diferentes ministerios, entre esos Medio Ambiente, sumando a Sercotec y Corfo. Tenemos las mesas de trabajo constituidas y diseñando las propuestas e incluso medidas implementadas", dijo el ministro.

Sin duda que este anuncio puede representar una buena noticia, sobre todo en el entendido que el mal uso de este combustible es la principal causa de la contaminación del aire que afecta a ciudades como Osorno. De esta forma, se aborda un aspecto clave, lo cual no necesariamente debería derivar en la prohibición de su utilización, sino más bien en un mejor control de todo el proceso. Ahora bien, lo que se debe prever es si este hecho puede significar un alza en el precio, algo que impactaría fuertemente a los consumidores del producto.

Ahora bien, se debe consignar que desde junio de 2009 "duerme" en el Congreso un proyecto de ley ingresado por la Comisión de Economía Fomento y Desarrollo que buscaba el mismo objetivo: reconocer a la leña como combustible y entregarle atribuciones a la Superintendencia de Electricidad y Combustibles respecto del control y regulación de su comercialización y uso.

Un aspecto considerado en esa iniciativa es que no existen estándares legales, reglamentarios ni de normativa técnica referidos a la manipulación e instalación de los artefactos de combustión a leña, lo que provoca cientos de incendios estructurales en el país. Otro foco de interés para una ciudad donde este tipo de siniestros es extremadamente común.

¿Por qué el macho de la especie humana es el único capaz de dañar a propósito a su compañera? No es por pelar, pero parece que de ese troglodita que en una mano llevaba el mazo y en la otra a la mujer arrastrando de las mechas al troglo sapiens de hoy la cosa no ha cambiado mucho. Femicidio le dicen ahora, pero es lo mismo; el hombre ejerciendo su fuerza sobre el más débil.

Mucho tratado, cumbres, internet, trasplantes, clonación, niños probetas; pero el mamífero más inteligente de la creación no ha logrado "desbestializarse"…

¿Por qué? Como se sabe, ese por qué tiene a los psicólogos vueltos de cabeza, a las autoridades fuera de servicio y a mujeres y niños, con el alma en un hilo. Aun más, ni las rumas de libros, los miles de consejos ni los cientos de leyes, han logrado siquiera apaciguar a ese homo erectus con ínfulas de Cassius Clay…

Aquí entre nos, descendiendo de Caín, el hombre es naturalmente agresivo, genéticamente egocentrista, mentalmente dominante, emocionalmente conquistador y físicamente robusto, y si la mujer le hiciera "el peso" lo pensaría dos veces antes de levantarle la mano. Pero aquí estamos, asustados como personas, humillados como sociedad porque nada justifica la violencia y toda persona merece respeto.

¿Respeto? Uuu, tal vez por ahí podría estar la punta del hilo de la madeja; si el boxeador de sus sueños no padece algún trastorno mental, lo más probable es que esta peligrosa actitud responda entre otros factores a la educación.

Como se sabe, antiguamente era la mamá la encargada principal de entregar este preciado tesoro, hoy sin embargo no tiene mucho tiempo y ha delegado en otras personas el más importante trabajo de esta vida: transmitir valores. Y nos guste o no, hoy los niños son, generalmente, atropelladores, solitarios y rodeados de violencia, entonces ¿de qué nos quejamos? Tal vez, antes de lamentarnos, deberíamos ocuparnos. Ocuparnos de ese niñito que le contesta al profesor, de ese lolo que se pasa el disco Pare. Porque un niño capaz de "levantarle la mano a la mamá" hoy, mañana tiene muchas posibilidades de hacer lo que quiera con la compañera que tenga al lado… ¿o no?

Vivian Arend