El sufrimiento es una parte esencial e ineludible de la vida. La vida no consiste solamente en pruebas y aflicciones, sino en momentos de paz, tranquilidad y realización.
Existe una tendencia de culpar a Dios del sufrimiento humano. La gente alterca con Dios diciendo : ¿Por qué Dios permite el sufrimiento?, ¿Por qué hay tanto dolor en el mundo?, de esa manera muchos ponen en duda su existencia.
Mucho del dolor que el hombre experimenta es el resultado de su imprudencia y desobediencia, viola las leyes divinas y humanas, conllevando a experimentar el sufrimiento.
El apóstol Pablo dijo: "No os engañéis, Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará", Gálatas 6:7. Cuántas personas han conducido un automóvil a alta velocidad y en estado de ebriedad, su irresponsabilidad deja a una persona parapléjica o da muerte a un peatón. O el hombre que traiciona a su esposa y embaraza a otra mujer, esas malas decisiones generan consecuencias.
Pero también podemos sufrir a causa de maldiciones generacionales. Un niño es abusado sexualmente por un familiar conocido, o una mujer violada o maltratada por su padre o esposo. Alguien que está preocupado por una enfermedad terminal, sida, diabetes, estas enfermedades están muchas veces ligadas a un patrón hereditario.
La Biblia dice: "Yo soy tu Dios, fuerte, celoso que visito la maldad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos…" Deuteronomio 5:9.
Cuando todas las cosas marchan bien, la tendencia humana es a olvidarse de Dios, llenarse de soberbia, por eso que a veces Dios disciplina a su pueblo, así como el buen padre corrige a su hijo. Hebreos 12: 5-7. Dios prolongue su misericordia ante tanto dolor de nuestros compatriotas, que su mano de bondad los levante y que cada uno de nosotros nos sensibilicemos ante su Palabra.
Carlos Martínez González