La revolución económica que generará la nueva tecnología en telecomunicaciones está en boca de todos. Sin embargo, hay un "pero": sin redes rápidas, firmes y flexibles que puedan hacer frente al aluvión de datos, no habrá revolución. En los entretelones, las empresas del sector, tanto de telecomunicación móvil, de suministro de insumos o de red, llevan adelante una encarnizada lucha por acaparar posiciones clave de lo que será el estándar del futuro: el 5G.
Si bien aún se debate cómo será la puesta en práctica de algo que para el usuario común está lejos de llegar, no son pocos los que están haciéndose de arsenales de patentes para estar bien posicionados cuando arranque la carrera por el 5G.
Tal es así que el presidente de la china Huawei, Ken Hu, aseguró durante el último Mobile World Congress de Barcelona que su compañía ha expandido masivamente su portafolio de derechos de propiedad.
Y los proveedores también están registrando numerosas patentes, afirmó el presidente de Vodafone en Alemania, Jens Schulte-Bockum, durante la mayor feria de informática del mundo, la Cebit, que abrió este lunes sus puertas al público en Hannover.
Schulte-Bockum apuntó que al lanzarse el 3G la concentración de patentes en las manos de unos pocos proveedores encareció y redujo mucho la velocidad de la expansión. "Hemos aprendido. Esta vez las innovaciones llegarán desde muchas fuentes", aseguró.
No obstante, también hay quienes vaticinan una verdadera batalla campal por las patentes, aunque lo fascinante del momento actual es que nadie puede decir cómo será la propuesta tecnológica. "Todavía debemos investigar unos cinco años, como mínimo", opinó el especialista en comunicación móvil Gerhard Fettweis.
Lo que está claro es que la próxima generación tecnológica deberá poder manejar cantidades inconmensurables de datos y abarcar miles de millones de dispositivos móviles a una velocidad muy distinta a la que se ofrece hoy en día.
Reducir estos intervalos al mínimo es necesario ya que, en un futuro, los autos por ejemplo podrían ser maniobrados a distancia en situaciones de emergencia, explicó el especialista Thilo Koslowski.
Prioridades
Los proveedores de red exigen que se otorgue prioridad a aquellos servicios relevantes en materia de seguridad. "No podemos permitir que se produzcan choques porque alguien está haciendo una gran descarga de datos", ilustró Fettweis. En cambio, en lo que se refiere a la red normal de datos, la neutralidad que obliga a tratar todos los datos por igual no representa un problema, explicó.
La nueva red deberá ser accesible en cualquier área, un desafío no menor para sus desarrolladores, como bien podrá imaginar quien sufre las fluctuaciones de conexión en el metro o la vía pública.
Aún pasarán años antes de que los usuarios comunes entren en contacto con el 5G. La industria estima que se producirá una incorporación paulatina a partir de 2020.
En el Mobile World Congress de Barcelona, Telefónica afirmó que Chile ya está listo para iniciar el camino a la conexión 5G. Según el CTO de Telefónica Global, Enrique Blanco, en el país existe factibilidad técnica para que así sea, aunque el día en que se habilite la comercialización de esta tecnología dependerá del equipo local de la multinacional española. En opinión del ejecutivo, el cambio de 4G a 5G tendrá como principal atractivo la alta velocidad a la que podrán acceder los usuarios, que podría llegar a los 300 MB por segundo.