Doy gracias a Dios por cada mujer. Por las mujeres que son el sostén de sus familias; que trabajan cargadas de una gran responsabilidad social, asumiendo hombro a hombro juntamente con los varones, la responsabilidad común por un mejor vivir.
Agradezco a Dios por la capacidad de amar, de auxiliar y de servir a los demás. Recordemos que la Biblia ve a la mujer como corona de la creación. Jesús dignificó a la mujer cuando eran consideradas indignas y desvalorizadas. Ha sido el cristianismo que le ha dado un lugar de privilegio que la mujer merece.
Muchas mujeres han tenido un pasado triste, lleno de sinsabores y víctimas de la injusticia y de la violencia, pero cuando los principios de Dios se aplican al corazón son un remedio saludable para que la mujer levante su autoestima y se proyecte en bendición.
Como hombre de Dios anhelo para cada mujer y para cada varón una vida mejor, cultivando una relación más íntima con Dios y estableciendo en su corazón las directrices divinas que siempre son necesarias.
La Biblia dice: "La mujer sabia edifica su casa, mas la necia con sus manos la derriba" Proverbios 14:1. No hay términos medios, las Escrituras son claras, y no sólo este diagnóstico es para la mujer, sino que también para los varones, pues la Biblia habla del hombre sabio o necio, bueno o malo. Es muy interesante saber que la mujer que edifica su casa es sabia, no dice que posee una gran educación, que es profesional, muy atractiva, que tiene un liderazgo natural, que tiene dinero, sino una mujer que tiene una disposición de vivir cerca de Dios.
Como dice el texto sagrado: "Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor ésa será alabada" Proverbios 31:30. Sin Dios no puede haber sabiduría y todo lo que se hace sin Dios es necedad.
La necedad se hace evidente en el comportamiento humano, en las cosas que se hacen y en la manera como se habla. Que Dios guíe a cada mujer a ser sabias en su hablar y en su proceder. Pero que nosotros los varones sepamos valorarlas en su justa medida.
Carlos Martínez González