La ciudad de Osorno no ha estado exenta de una creciente tendencia a la ejecución de las llamadas "detenciones ciudadanas" y prueba de ello es lo ocurrido recientemente en el centro de la ciudad, donde incluso intervino el alcaide de la cárcel local, quien junto con ayudar a detener a un asaltante impidió que los testigos quisieran tomar la justicia por cuenta propia, golpeando al aprehendido antes de la llegada de la policía.
Por otra parte, la televisión y las redes sociales han dado cuenta de cómo estos hechos se hacen más frecuentes y en algunos casos violentos, al extremo que ya se han presentado casos en que víctimas pasan a transformarse en victimarios.
El efecto de la menor credibilidad en el sistema judicial, sumado al incremento en la victimización, ha promovido en la sociedad la creencia de una mayor impunidad de los delincuentes, que éstos son liberados inmediatamente tras cometer sus ilícitos y que no existe una correcta sanción judicial.
¿Por qué se llega a esta decisión comunitaria de hacer justicia por cuenta propia? Lamentablemente, por la insatisfacción de la gente con la justicia. Se puede palpar al leer los comentarios en las redes sociales que la actitud mayoritaria es de respaldo y comprensión a las acciones violentas. Muchos dicen que, ante la posibilidad de que un agresor quede libre o no se le imponga una pena, es mejor que la ciudadanía le dé un castigo.
A primera vista este argumento puede parecer lógico; sin embargo no se debe olvidar que los linchamientos, la destrucción de una casa, las golpizas en la calle, son ilegales, reñidas con todo espíritu cívico y contrarias al respeto de los derechos de las personas. También se olvida que en ese aparente afán de justicia, se atropella a otros, como la familia del imputado y sus cercanos.
Si bien las detenciones ciudadanas están admitidas por la legislación, lo que corresponde es llamar a la policía y entregar al supuesto delincuente, acompañando las pruebas y declaraciones de los afectados y testigos.
Pero no está permitido golpearlo y pretender ejercer justicia por cuenta propia.