Nuevamente se revelan cifras elocuente tras conocerse los resultados del proceso de ingreso a las 33 universidades adscritas al Sistema Único de Admisión.Forman parte del sistema 25 universidades tradicionales y 8 privadas. En total quedaron seleccionados a través del mecanismo 97.670 jóvenes. En esta cifra global interesa la procedencia de los estudiantes: el 54% son egresados de colegios subvencionados; 25,3% de planteles municipales y 20,7% de colegios particulares pagados.
Afinando los números aparece un indicador trascendental: de los postulantes que hicieron sus estudios en colegios municipales, liceos, solo el 27% logró quedar seleccionado para la educación superior; de los provenientes de la educación subvencionada, un 37% y de la particular pagada el 72%. Es decir, de los que entraron al proceso de ingreso cuyos resultados fueron conocidos el fin de semana, porcentualmente los más exitosos fueron los provenientes de la educación particular pagada.
Las cifras son claras y más allá de las críticas que se puedan hacer a la decisiva PSU que sirve de base al reciente proceso, es un hecho que en el fondo hay un factor de calidad ligado a cada tipo de plantel, donde la educación pública queda en mala posición ante la subvencionada y la particular pagada.
Lo anterior llama a gritos a inyectar calidad al sistema público, lo que supone buenos proyectos educativos, buenos profesores bien preparados y bien rentados, apoyo en infraestructura y equipos y, fundamental, participación, colaboración e interés de las familias. Éstas, además, deben ser motivadas y guiadas en su insustituible rol, considerando a la vez su situación socioeconómica.
Sin duda en el debate parlamentario sobre la reforma educacional en marcha estos indicadores y otros que derivan de los últimos resultados serán ilustrativos y deben ser considerados, evitando conclusiones y acuerdos que desvíen del objetivo final que es educación de calidad para todos.
Dato importante en esta materia es el bajo puntaje que se advierte en el ingreso a las carreras de pedagogía, que es inferior a los 550 puntos, con un leve avance en relación al año pasado. Así, los mejores puntajes, los jóvenes mejor calificados, provengan de donde provengan, prefieren otras carreras.